Juan José Agustín Reyes Rodríguez (*).
A medida que se acerca la consulta ciudadana, de opinión o como se llame, para que Andrés López Obrador, tenga el pulso de la ciudadanía para tomar la decisión sobre el nuevo aeropuerto que está en discusión, se ha intensificado la controversia en los medios, comerciales y oficiales, de comunicación y en las redes sociales.
Las opciones que están a discusión son:
1) Se mantiene el aeropuerto actual de la Ciudad de México (AICM), se habilita el aeropuerto de Toluca y se construyen dos pistas en la base militar de Santa Lucía;
2) Se sigue con el aeropuerto que se está construyendo en el lecho del Lago de Texcoco (NAIM) y se elimina el AICM.
Son muy notables las campañas en pro del aeropuerto en el lago de Texcoco, conocido como el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), impulsadas en tiempos oficiales, con manifestación directa y abierta del propio Peña Nieto, Ruiz Esparza y la mayoría de conductores, articulistas, comentaristas, periodistas y muchos de los personajes “líderes” de opinión que refuerzan sus baterías en pro de ese aeropuerto y en contra de la propuesta en Santa Lucía.
Es una estrategia bien orquestada, porque ahora esos pseudo líderes de opinión se han dedicado a entrevistar en televisión, radio y prensa a los personeros representantes de organizaciones empresariales y de técnicos o supuestos especialistas en temas aeronáuticos, aeroportuarios, financieros, presuntos ambientalistas y de los demás temas que apoyan a este aeropuerto.
Sin embargo, podemos constatar que mucha de esa información “técnica”, financiera, y de “prestigio” internacional del país, está saturada de verdades a medias, información distorsionada y manipulada, que creen que tienen la última palabra y con eso saturan sus tiempos al aire.
Por otro lado, la población de toda la Cuenca del Valle de México, que está siendo afectada por esta obra “faraónica” está utilizando con mayor intensidad el contacto directo con la gente, a través de las redes sociales, foros de información, conferencias, pláticas, volanteos, asambleas en universidades, en pueblos afectados y participando inclusive en condiciones adversas, que ponen algunos conductores en programas de la TV y Radio, así como en los programas de Radio-TV digitales.
Se han hecho manifestaciones públicas en el centro de la ciudad de México, en la Autopista Peñón Texcoco y en los diferentes pueblos que están siendo devastados por las obras del NAIM.
La mayoría de las organizaciones sociales está convocando a una MARCHA MAGNA EL PRÓXIMO JUEVES 25 DE OCTUBRE, saliendo del Ángel de la Independencia hacia el Monumento a la Revolución, a partir de las 16:00 horas.
Esta marcha será una de gran relevancia, justamente el día que se inicia la consulta convocada por AMLO, que se extenderá hasta el domingo 28 del mismo mes. Los personeros en favor del NAIM en el Lago de Texcoco, se han dedicado a descalificar esa consulta, inclusive algunos líderes de la oposición están amenazando con demandar al equipo de AMLO por esa consulta que la califican de ilegal y hasta inconstitucional, lo cual es absolutamente falso. Si bien no es una consulta formal, en términos constitucionales y legales, es perfectamente válida y responde a una propuesta de validación ciudadana que le permitirá a AMLO medirle el agua a los camotes.
El fondo del asunto radica en la danza de los millones que los empresarios consentidos del PRIAN quieren seguir obteniendo pingües ganancias, como están acostumbrados con la complicidad de los funcionarios gubernamentales en turno. Recientemente, una organización civil que da seguimiento a las inversiones del gobierno, encontró que las obras públicas que ha realizado la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a cargo de Gerardo Ruiz Esparza, tienen precios inflados hasta cerca del 70 %.
Además, el Auditor Superior de la Federación que había hasta hace algunos meses, encontró serias irregularidades: por ejemplo, con la barda perimetral del NAIM, fue asignada sin ninguna licitación a la SEDENA y que ésta inventó dos empresas fantasmas, con sobreprecio del 80%. Esa auditoría le costó el puesto y fue sustituido por un Auditor carnal, que ya no ha encontrado más irregularidades en ese aeropuerto, o al menos no las ha hecho públicas.
Ruiz Esparza, operador financiero de Peña Nieto, desde que era gobernador del Estado de México y Federico Patiño, quien fue director del Fideicomiso de BANOBRAS encargado de los financiamientos internacionales, especialmente del Banco Mundial, ahora flamante director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, ambos responsables de la construcción del NAIM, están acelerando los trabajos de devastación ambiental en la cuenca, con el vertimiento de lodos tóxicos en los socavones de las minas de San Nicolás Tlaminca, San Miguel Tlaixpan, San Dieguito, Huexotla, Tequesquinahuac y Coatlinchán, todos del municipio de Texcoco.
Así mism,o sigue la explotación de tezontle, basalto, arena y grava de los cerros y minas de los municipios de Tepetlaoxtoc, Tezoyuca, Acolman, San Martín de la Pirámides, Temascalapa, San Juan Teotihuacán, Otumba, Axapusco, Ixtapaluca, Tlalmanalco, Amecameca, Chalco, entre los más relevantes. Esta explotación minera ya alcanzó al estado de Tlaxcala, en los municipios de Xaltopan y Calpulalpan.
Por otro lado, la desecación que la Comisión Nacional del Agua está haciendo del lago de Texcoco, a través del Gran Canal, el Emisor Central y el Poniente, a los cuales se agregará el Túnel Emisor Oriente (TEO) con una longitud de 62 kilómetros y un diámetro de 7 metros que desalojará el drenaje más del triple de lo que desalojan juntos los otros drenes. Pero no queda el asunto ahí, en el río Tula, donde desembocará el drenaje del Lago de Texcoco, ya la CONAGUA, destruyó la vegetación del río Tula en 24 km, milenarios ahuehuetes, álamos, sauces y otra vegetación riparia, para encementarlo y hacer más rápido el desalojo de las aguas negras, que se van a mezclar con las agua pluviales y fluviales del río.
Además la CONAGUA está desecando el Lago Nabor Carrillo, con una superficie de 1,000 hectáreas que es un refugio de aves migratorias y residentes, para usarlo como vaso regulador, a cambio de las 5,000 hectáreas del NAIM, lo cual es muy ilógico y contra natura.
Los costos sociales, económicos y ambientales de esa devastación en el lago y en toda la cuenca son verdaderamente exorbitantes, ya que deben contabilizarse el costo de la pérdida de cerros, tierras, bosques, desaparición de manantiales, fauna, paisaje, daños a la salud, especialmente respiratorias, contaminación del suelo y el agua, accidentes y abusos de los tráilers o góndolas que transitan diariamente y más grave, las amenazas a los habitantes y el asesinato de un defensor de su tierra, en Tlalmanalco. Además hay que agregar los costos de restauración o remediación que tendrán que hacerse a este ecocidio causado por el NAIM.
Los 120,000 mil millones de pesos (aunque otras cifras se manejan) que dicen que se perderían si se cancela el NAIM, no tienen parangón con los miles de millones más que genera la destrucción de la cuenca. Adicionalmente se han encontrado sobreprecios hasta del 70%, quiere decir que la pérdida real solamente sería de 50,000 millones, lo cual es mejor que seguir tirándole dinero a ese barril sin fondo que es el NAIM, para que al paso del tiempo tengamos que rescatarlo financieramente, como sucedió con los banqueros en tiempo de Salinas-Zedillo y que nos tiene en una deuda eterna con el FOBAPROA.
# NO QUEREMOS OTRO FOBAPROA AEROPORTUARIO.
# NO AL AEROPUERTO ECOCIDA
# YO PREFIERO EL LAGO
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