El autor expone, a manera de ejemplo, que las obras del NAIM arrasaron con 80 cerros.
Por Juan José Agustín Reyes Rodríguez (*)
En medio del “cochinero”, como lo ha expresado el Presidente López Obrador, que está saliendo por todos lados donde le rasquen al anterior gobierno de Peña Nieto; del combate al huachicoleo que es una “cultura” del despojo de bienes públicos por un puñado de exfuncionarios y trabajadores de PEMEX, empresarios, policías de todos los niveles, algunos miembros del ejército y poblados enteros dedicados a este robo en los estados donde se concentra el mayor número de ductos importantes; los ataques sistemáticos del nuevo líder del PAN al gobierno de AMLO, siendo que no tienen la menor pizca de vergüenza, cuando muchos de los funcionarios de ese partido en complicidad con el PRI y sus partidos satélites, son los causantes de esta situación; el bloqueo de las vías de los ferrocarriles en Michoacán, con el desastre que están causando, anteponiendo sus intereses y canonjías sobre el interés público y la falta de atención oportuna del gobernador de Michoacán, pretendiendo que el gobierno federal utilice la fuerza pública.
En el ámbito internacional, el conflicto de Venezuela, manipulado por los intereses hegemónicos del gobierno de Trump y las empresas, bloqueando el ingreso de alimentos, medicinas y otros bienes a ese país, ha provocado el descontento popular y desde luego haciendo caldo de cultivo para un golpe de estado, especialidad de los gobiernos de Estados unidos, en todas las regiones del planeta.
Estos han sido temas muy importantes que han requerido la atención de mucha gente, funcionarios y medios de información. Sin restarles el interés que tienen, han sido unos excelentes distractores para no tocar la cancelación definitiva del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en el Lago de Texcoco, en donde siguen trabajando, a un ritmo mucho menor pero siguen, para “proteger” y concluir algunas de las obras iniciadas como la terminal donde están los foniles de acero, entre otras estructuras, desmontar la barda perimetral y llevarla a otras obras, para que permita el libre flujo del agua hacia el lago.

Esto se hace porque según Gerardo Ferrando, nuevo director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México no pueden tirar esa “inversión” de miles de millones de pesos, en lo que deciden que se hará con esas estructuras. Esto NO ES LO QUE LOS PUEBLOS AFECTADOS QUIEREN, lo que quieren es que se rescate la función hidrológica forestal del lago y la cuenca.
En la superficie del lago, la inundable permanente y la temporal, alrededor de 17,000 hectáreas, debe regresarse a la Comisión Nacional de Agua, para que sea la responsable de su rehabilitación y ¡no seguir construyendo nada!, así como reorientar la forma que se tiene en la construcción de los colectores marginales de los nueve ríos que desembocan al lago.
La restauración de las zona de lomeríos, en las estribaciones del Tláloc y en general de la Sierra Nevada, es necesario que se conserven y restauren los suelos, previamente o en paralelo con la reforestación con las especies nativas o las que están aclimatadas a esas condiciones, así como enriquecer la vegetación secundaria de los bosques y promover programas de manejo y conservación forestal y en la vegetación primaria de los bosques en las partes medias y altas de la cuenca.

La devastación causada por el NAIM en la cuenca del Valle de México, será necesario considerarla como una situación especial, para que su restauración sea con cargo al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, así como a las empresas responsables de la devastación y las autoridades estatales y federales que dieron autorizaciones ilegalmente, así como los ayuntamientos que otorgaron su visto bueno. Esto deberá ser objeto de investigación de las autoridades involucradas y negociación de los pueblos afectados con las autoridades respectivas, como resarcimiento a los daños causados.

El área de trabajo a considerar corresponde principalmente a los lomeríos y estribaciones de la Montaña Tláloc, parte de la Sierra Nevada, en los 18 municipios más impactados por el NAIM, con una superficie municipal de 270,462.28 ha, de la cual 104,941.43 ha son forestales, equivalente al 38.80 % de la superficie municipal. De la superficie forestal se pueden considerar 25,926.24 ha de vegetación secundaria susceptible de mejoramiento y conservación, así como 8,077.55 ha de superficie forestal perturbada, sumando 34,003.79 ha, equivalente al 12.57 % de la superficie municipal. Esta es la zona de recarga de acuíferos y que ha sido devastada por la extracción de materiales pétreos, así como por la deforestación, con erosión laminar y cárcavas.
Los municipios a considerar inicialmente, total o parcialmente son los siguientes: Acolman, Amecameca, Atenco, Axapusco, Chalco, Chicoloapan, Chimalhuacán, Ixtapaluca, Otumba, San Martín de las Pirámides, Tecámac, Temascalapa, Tenango del Aire, Teotihuacán, Tepetlaoxtoc, Texcoco, Tezoyuca y Tlalmanalco.
Será necesario hacer reuniones de concertación con los pueblos, grupos y personas afectadas, hacer recorridos con ellos para identificar las áreas prioritarias, seleccionar los sitios en donde deberán hacer obras de restauración y conservación de suelos, reforestación, mejoramiento de áreas forestales secundarias, mediante enriquecimiento de la vegetación, manejo del fuego y de plagas y enfermedades, así como promover el manejo y conservación de áreas forestales primarias.
Obviamente la inversión, que no gasto como el NAIM, que se requiere, será acorde a los trabajos técnicos que se definan cuyos montos podrían ser desde 150 a 1,000 millones de pesos.
Se requiere especial atención en la remediación de los cráteres que dejó la explotación de materiales pétreos para el NAIM, para que esos socavones se conviertan en captadores de agua de lluvia y se restablezca naturalmente o de manera inducida, la vegetación nativa y no pasen a ser tiraderos de basura, como ha sido la costumbre por décadas.
Será indispensable lograr la coordinación de los pueblos y organizaciones afectadas con las instituciones públicas, federales, estatales y municipales, para que se logren acciones concertadas y en el sentido de la restauración integral de toda la cuenca y no permitir que se siga construyendo nada en el lago y menos permitir un desarrollo urbano en los predios que fueron y siguen siendo motivo de especulación urbana e industrial.
Así mismo será necesario rescatar la capacidad productiva agropecuaria y forestal de la región, para que haya opciones reales de desarrollo y mantenimiento de áreas verdes.
Está en proceso de actualización el Programa de Ordenación Ecológica del Territorio del Estado de México, mismo que dará orientación hacia los usos que deban orientarse en la entidad, por lo que hay que participar con propuestas técnicas, hasta el 9 de febrero. Pueden consultar en internet para su revisión y opiniones en www.poetem.gob.mx y ahí encontrarán este documento y no dejar pasar la oportunidad de evitar una posible modificación de usos de conservación, restauración por usos urbanos, que darían entrada a seguir el desarrollismo urbano en los terrenos del lago y de la cuenca.
(*) Ingeniero Agrónomo Especialista en Bosques, por la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, Texcoco, Estado de México (hoy Universidad Autónoma de Chapingo); Maestrom en Ciencias y candidato a Doctor en Recursos Naturales por The University of Michigan, en Ann Arbor, Michigan; Consultor en Recursos Naturales, Ambiente y Desarrollo.
