El artículo presenta a las Mariposas Monarcas de una manera periodística y, a la vez, científica y, por momentos, poética.
Por Juan José Agustín Reyes Rodríguez (*)
Dentro de las muchas maravillas que tiene México, sin duda el fenómeno migratorio de la Mariposa Monarca, es una de las relevantes. Es un insecto del orden Lepidóptera, del género y especie Danaus plexippus, que durante la primavera y verano pasa su estancia dispersas en el sur de Canadá y norte centro de Estados Unidos de América (USA). En estas estaciones se reproducen 3 a 4 generaciones que viven alrededor de un mes. La quinta generación, llamada Matusalén por lo longeva ya que dura alrededor de 8 meses, es la que migra hacia el sur a fines del verano y principios de invierno, regresando hacia sus tierras originales cuando empieza la primavera.
Además de pequeñas migraciones locales, se han estudiado tres grandes rutas migratorias: por la costa occidental de Canadá y USA, al oriente de las Montañas Rocallosas hasta llegar a California; otra ruta es al oriente de los Apalaches y la costa atlántica, que llega a Florida y Cuba y posiblemente más al sur; y la central que abarca desde el oriente de las Rocallosas, las Grandes Planicies de Norteamérica y el occidente de los Apalaches, que llega a México, en particular a los límites de Michoacán y el Estado de México, donde se concentra la mayor parte de la población migrante. Además llegan a las faldas del Nevado de Toluca y del Parque Nacional Iztaccihuatl-Popocatépetl.
Su recorrido en México empieza en los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato y Querétaro hasta arribar a Michoacán y el Estado de México. Esta ruta es en su mayor parte por la Sierra Madre Oriental. El recorrido estimado es de alrededor de 4,500 km. dependiendo del punto de origen.
Su estancia en México es desde fines de octubre hasta fines de marzo. La gran concentración de mariposas que llegan es coincidente con el día de muertos y su salida el 20 o 21 de marzo cuando inicia la primavera. Todavía hay la creencia en algunos pueblos de esa región, que relacionan la llegada de la mariposa con el regreso de las almas de niños que murieron y es una especie de recordatorio.
Desde mediados de la década de los 70´s se empezaron a hacer estudios para conocer a donde hibernaban las mariposas. Para ello, el matrimonio Nora y Fred Urquhart, empezaron a etiquetar mariposas y para su fortuna les reportaron que llegaban a México. Acá ya era algo común, cuya importancia era de tipo místico religioso, en donde había aprovechamientos forestales legales sin destrucción del hábitat.
En seguimiento a ello otros investigadores como Lincoln Brower, William Calvert y otros comenzaron a darle mayor seguimiento y la entonces Subsecretaría Forestal y de la Fauna, comenzó a darle relevancia a este fenómeno, iniciando sus primeros planes de manejo de conservación de la región. Se estableció un primer decreto en 1980, como Zona de Reserva y Refugio de Fauna Silvestre, en donde no se fijaban sitios específicos, por la movilidad de estas mariposas. Así fue evolucionando con varios decretos modificatorios hasta alcanzar el actual estatus de Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (RBMM) en el año 2000. En 2008 la UNESCO la declaró como “Sitio de Patrimonio Mundial de la Humanidad.¹
El decreto de creación de la RBMM abarca 56,259 ha, correspondiendo a las tres zonas núcleo 13,551 ha: 588 ha en Cerro Altamirano; 9,671 ha en Sierra Chincua, Campanario, Chivatí y Huacal; y Cerro Pelón con 3,339 ha.
Se ha invertido muchos recursos para mantener esta reserva, haciendo partícipes a los ejidos y pobladores de esta región. Se abrió la opción de cambiar el aprovechamiento forestal por actividades de conservación, de recorridos informativos, comercios, renta de caballos, venta de artesanías fabricadas por los propios habitantes y de alimentos.
Estas actividades de alguna manera vienen a generar trabajos eventuales, durante los cinco meses que permanece la monarca. Sin embargo, no siempre hay una distribución uniforme en los 22 sitios identificados en la reserva. Por ejemplo, en esta temporada la mayor concentración se presenta en el ejido El Rosario, en donde se cuenta con facilidades de estacionamiento, baños, alimentos y servicios turísticos, lo que permite que haya una afluencia controlada de visitantes. Los ingresos al ejido, además de los ingresos particulares por el comercio, son de estacionamiento, pago personal de 40 pesos a niños y 50 pesos adultos. En el apoyo oficial están algunas asociaciones civiles, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y el Programa el Hombre y la Biosfera (MAB por sus siglas en inglés).
Importante actividad comercial, gracias a la Monarca. Fotos: Juan José Agustín Reyes Rodríguez
La verdad es un espectáculo verdaderamente maravilloso, ya que en sus tierras de origen en Canadá y USA, se encuentran dispersas y en México se concentran millones de estos insectos en el invierno, donde inclusive tienen su fecundación, antes de regresar a sus lugares de origen, donde inician nuevamente su ciclo reproductivo.
Monarcas en el mes del amor. Fotos: Juan José Agustín Reyes Rodríguez
El recorrido es de aproximadamente 2 km a través de senderos controlados, a los cuales les hace falta algún mantenimiento, para evitar torceduras de la gente que circula por ellos. Sin embargo el espectáculo es verdaderamente increíble, sobre todo para quienes visitan la reserva por primera vez, y para los que hemos tenido cierta relación desde hace décadas, no deja de maravillarnos. Es un lugar digno de visitarse, que está cerca de Zitácuaro y Ocampo, Michoacán.
Senderos (izquierda) y árboles cargados de Mariposas Monarca. Fotos: Juan José Agustín Reyes Rodríguez
Nota:
¹ CONABIO. www.soymonarca.mx
(*) Ingeniero Agrónomo Especialista en Bosques, por la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, Texcoco, Estado de México (hoy Universidad Autónoma de Chapingo); Maestrom en Ciencias y candidato a Doctor en Recursos Naturales por The University of Michigan, en Ann Arbor, Michigan; Consultor en Recursos Naturales, Ambiente y Desarrollo.
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