Europa, en medio de dos fuegos

El miedo nuclear, ese que caracterizó a la “Guerra Fría”, y que nunca se ha ido, volvió a los primeros planos. Foto: Pixabay.

Roberto Santa CruzPor Roberto Santa Cruz (*)

Ya había ocurrido antes. De hecho, el fin de la Segunda Guerra Mundial marcó el comienzo de otra, llamada “Fría”, donde las dos súper potencias, URSS y USA, impusieron el esquema de un mundo dividido.

En estos tiempos, siglo 21, que ha recorrido ya casi una quinta parte de su extensión, llega una nueva forma de amenaza. Esta vez ha sido el mismísimo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el encargado de llevar la tensión internacional a nuevos niveles.

Hace apenas unos días fracasó en su cumbre con el líder norcoreano Kim Jong-Un, quien se jactó de poseer cohetes capaces de alcanzar suelo estadounidense. Jong-Un incluso realizó sucesivas pruebas nucleares, un desafío cuyo destinatario era, precisamente, Washington D.C.

Trump tuvo que cortar la cumbre con Jong-Un, sin acuerdos visibles, lo que algunos interpretan como debilidad ante el norcoreano.

Como quiera que sea, Trump anunció el 20 de octubre de 2018, ante la sorpresa de sus aliados europeos, que suspendía su participación en el Tratado de Control de Fuerzas Nucleares de Alcances Intermedio.

Así, de un plumazo, Trump debilitó el acuerdo alcanzado en 1987 por Ronald Reagan y Mijail Gorbachov que llevó a una distensión internacional. Lo firmado entonces prohibía la posesión, la producción y los ensayos de misiles nucleares con un alcance que iba de los 500 a los 5 mil 550 kilómetros.

Ahora, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo simplemente que “su país respondería de forma simétrica y asimétrica” a Estados Unidos si se desplegaban en suelo europeo misiles de alcance medio. En pocas palabras, cohetes que pudieran alcanzar a Rusia.

Putin especificó que Rusia se “vería obligada a fabricar y desplegar tipos de armamento de medio y largo alcance que pudieran ser utilizados no sólo contra países de donde provenga la amenaza directa, sino contra territorios donde se encuentren los centros de toma de decisión para el empleo de los sistemas de misiles que nos amenacen”.

El miedo nuclear, ese que caracterizó a la “Guerra Fría”, y que nunca se ha ido, volvió a los primeros planos.

Es así que Moscú ya acusó a Estados Unidos de haber desplegado misiles Tomahawk en Polonia y Rumania. Trump salió al paso y dijo que no tenía planes inmediatos para desplegar misiles de mediano alcance.

A todo este clima hay que recordar que Trump ha estado en desacuerdo con la OTAN, antaño la barrera militar contra la URSS. No confía en los países que la conforman, impensable en los años 70.

La respuesta rusa ocurrió el 5 de marzo cuando Vladimir Putin, mediante decreto, suspendió las obligaciones contraídas en 1987, y sale del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio.

Crisis como la de Ucrania, la anexión de Crimea, etcétera, avivaran esa llama de la tensión y del miedo.

Lo cierto es que tanto Estados Unidos como Rusia poseen los arsenales suficientes como para arrasar el planeta. La pregunta terrible es… ¿cuándo ocurrirá?

(*) Periodista mexicano.

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