El autor alerta en el sentido de que la nueva directora general de la CONAGUA, Blanca Jiménez, está copada por la burocracia de administraciones anteriores, que se ha caracterizado por su nulo interés ambiental.

Por Juan José Agustín Reyes Rodríguez (*)

El 5 de junio del año pasado, Día Mundial del Ambiente, el expresidente Peña Nieto firmó 10 decretos del levantamiento de la veda en 295 cuencas hidrológicas, de las 757 que hay en el país, publicados en el Diario Oficial de la Federación el día siguiente, con lo que desató una polémica sobre la privatización del agua.

Esos decretos en realidad no especifican ningún término de privatizar el agua, sino simplemente señalan que «… por lo que se suprimen las zonas de veda vigentes y se establecen zonas de reserva de aguas nacionales superficiales para uso doméstico público urbano y ambiental o conservación ecológica de las cuencas hidrológicas que se mencionan…”.

Sin embargo estos decretos establecen dos conceptos principales: a) con la gestión integrada de recursos hídricos superficiales, se suprimen zonas de veda establecidas en diversas épocas, desde los años 30’s del siglo pasado (Artículo primero de los decretos); b) y por otra parte se decretan reservas parciales de agua para la protección, mejoramiento, conservación y restauración de las cuencas hidrológicas, así como el restablecimiento de los ecosistemas vitales vinculados al agua (Artículo segundo). Se establece una vigencia de 50 años.

Sin embargo, el artículo tercero determina que las concesiones o asignaciones otorgadas anteriormente a estos decretos, serán reconocidas siempre que el título esté vigente y no esté suspendido, revocado o extinto. Lo no reservado por estos decretos podrá concesionarse o asignarse por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), como autoridad del agua en términos de la Ley de Aguas Nacionales (Artículo 39). Esto da la pauta para que esa autoridad pueda concesionar los volúmenes que quiera en nombre del interés público, aunque lo que más ha prevalecido es el interés privado de las empresas cerveceras, de bebidas azucaradas, de agua embotellada y de mineras, entre las más relevantes.

Los volúmenes de agua disponibles en las cuencas hidrológicas, fueron puestos en los Bancos de Agua en cada Región Administrativa o en los Organismos de Cuenca de la CONAGUA y a fines del año pasado estuvo a punto de poner estos bancos en sistema digital, lo que suspendió con el cambio de gobierno.

En Aristegui Noticias se publicó un artículo de Pedro Moctezuma Barragán y Elena Burns, coordinadora nacional de Agua para Todos, Agua para la Vida en el que hicieron una declaración que los mismos funcionarios de CONAGUA que prepararon los 10 decretos mencionados y que firmó Peña Nieto el Día Mundial del Ambiente el año pasado, han preparado una nueva tanda de decretos para la firma del presidente López Obrador en la celebración del Día Mundial del Agua, este 22 de marzo, lo que resulta preocupante y  que va en contra del compromiso que estableció el nuevo gobierno de cancelar esos decretos.

Señalan una serie de aspectos que implicaría seguir poniendo el agua a disposición de las grandes empresas que son los usuarios con mayor consumo de agua, después del sector agrícola.

Mientras siga vigente la Ley de Aguas nacionales, en los términos que está actualmente que otorga discrecionalidad a la CONAGUA para dar concesiones de acuerdo a sus propios criterios, el agua seguirá viéndose como una mercancía y no como un derecho de los mexicanos y para conservar los ecosistemas.

Moctezuma y Burns señalan muy contundentes que “Es urgente también desmantelar los Bancos del Agua y cancelar el Conagua Digital. Es claro que las inercias e intereses siguen incrustados en la Comisión Nacional del Agua. Confiamos en la capacidad del Presidente para evaluar con cuidado las intenciones de estos funcionarios, para que no sea utilizado por su proyecto de expandir el control privado sobre las aguas de nuestra Nación”.

Es muy lamentable que la Directora General de CONAGUA, Blanca Jiménez, que siendo una excelente profesional con experiencia internacional, siga dependiendo de los mismos funcionarios que heredó del régimen pasado y que la estén emboletando en estas acciones, lo mismo con respecto a las obras accesorias del Nuevo Aeropuerto internacional de México, que siguen con sus mismas obras de dizque saneamiento de los ríos del oriente y otras obras dentro del lago de Texcoco y que son parte de la devastación que causó esa malograda obra.

Es tiempo que no vaya a caer en las mismas situaciones conflictivas y reoriente sus acciones hacia la verdadera Cuarta Transformación y no sea cómplice sin intención, de lo mismo.

(*) Ingeniero Agrónomo Especialista en Bosques, por la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, Texcoco, Estado de México (hoy Universidad Autónoma de Chapingo); Maestrom en Ciencias y candidato a Doctor en Recursos Naturales por The University of Michigan, en Ann Arbor, Michigan; Consultor en Recursos Naturales, Ambiente y Desarrollo.

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