El hecho de que hayan asesinado a una joven dentro de un CCH denota el grado de descomposición social que padece nuestro país. Ya ni en las aulas se está seguro.

La extrema gravedad de la situación contrasta con el discurso hueco y predecible del presidente López Obrador, quien repite sin cesar sus argumentos de campaña.

Ah, pero eso sí, ya prepara la absoluta despenalización del aborto y del consumo de drogas; con esto, terminará de empujar a la juventud al precipicio de la promiscuidad y de las adicciones.

La doble moral del presidente de la república y de su partido Morena toca niveles patéticos. Por un lado quieren que se venda cerveza tibia para desalentar su consumo y, por el otro, preparan la «legalización» del consumo de drogas.

Lo que está haciendo el nuevo régimen es concluir el trabajo de disolución social puesto en marcha por el gobierno de Luis Echeverría, en 1970.