Por Mario Rosales Betancourt (*)

Foto ilustrativa: Presidencia de la República.

Morena ganó las dos gobernaturas en juego. Aunque lo que prevaleció en las 6 entidades donde hubo elecciónes, fue un altísimo abstencionismo. Los pejefóbicos y los AMLOVERS se equivocan al considerar, los primeros, que el gobierno de López Obrador pierde fuerza y sobre todo simpatías; y los segundos, al creer que los resultados, reafirman el apoyo y la popularidad del Presidente de la República.

Los hechos son que ni Barbosa en Puebla, ni Bonilla en Baja California, ganaron por ellos mismos, lo evidente es que sus triunfos se los deben a López Obrador.

Esto demuestra que la fuerza política del presidente es abrumadora, aunque el abstencionismo demuestra que mengua. Y lo más claro es que esa fuerza que pierde la simbiosis Morena- López Obrador, no va a parar a ningún partido de oposición, sino que sólo se expresa en la decepción, que provoca el no votar.

El error no lo comete Morena, sino la oposición que carece de un líder, de un prospecto alternativo, así a alguien que en su Facebook puso «renuncia AMLO», le pregunte a él y a los que le pusieron un like o un comentario favorable, ¿si no fuera López Obrador el presidente a quien pondrías?, y no supieron dar un nombre.

A diferencia del propio López Obrador, que cuando perdió en 2 ocasiones la presidencia, siguió intensamente en la lucha política, los candidatos Ricardo Anaya y José Antonio Meade, desaparecieron de la arena política y no aprendieron del propio López Obrador o de muchos más, como De Gaulle en Francia o Lula en Brasil.

Así más que nuevos triunfos de Morena, lo que se dio fueron nuevos fracasos del PAN, PRI Y PRD; muchos que no quisieron votar por Morena, prefirieron no votar por nadie, antes de hacerlo por esos partidos, o por otros de oposición.

Los panistas, que fueron los principales perdedores (porque esas gobernaturas eran blanquiazules) parecen conformarse con triunfos como el de Aguascalientes , que no fueron votos por un partido, sino por una mujer, que gracias a su buen gobierno, logró su reelección. O sea, son resultados que por ser muy locales, atienden más a la persona que al partido. El abstencionismo genera falta de legitimidad, es muestra que algo está muy mal, que esta difícil elegir, entre el malo y los peores.

(*) Abogado, profesor universitario con 44 años de experiencia en las aulas y periodista.