Por el IDIC.
Tomado de La Voz de la Industria, Vol. 7, número 168.
Durante los últimos 50 años, el aumento de la migración y las remesas muestran que México ha implementado diversos modelos de política económica y que ninguno ha logrado construir una Sociedad de Bienestar.
La razón es muy simple: todos los modelos de política económica mexicana fallaron en alcanzar uno de los objetivos básicos que todas naciones desarrolladas han considerado estratégico:
• Elevar el nivel de crecimiento económico al mismo tiempo que crea empleo formal para distribuir equitativamente la riqueza.
Ante los 33.7 mil millones de dólares que, a través de las remesas, arribaron a México en 2018; y los 20.5 mil millones que llegaron durante los primeros 7 meses del 2019 (un incremento de 7.4% respecto a lo registrado en el mismo periodo del año pasado) se deben hacer las siguientes consideraciones:
• La creciente entrada de remesas (gráfica 1) muestra la elevada y creciente dependencia de México, particularmente respecto a Estados Unidos.
• La magnitud de las remesas hace patente el fragilidad y fallas del modelo económico aplicado durante los últimos 50 años.

Las remesas:
o Son causadas por el crecimiento económico mediocre exhibido durante décadas.
o Muestran el tamaño de la deuda histórica que el Estado mexicano tiene con la sociedad mexicana:
▪ Millones de personas no encontraron la respuesta a su pobreza y precariedad socioeconómica en el país.
▪ El Estado, y su política económica, no tuvo la capacidad para generar crecimiento y empleo formal digno.
▪ La solución al problema se encontró en la migración: al margen de la política económica del Estado mexicano.
▪ Los migrantes, la mayoría ilegales, no utilizaron el marco institucional creado por la política pública nacional: el modelo económico les falló al no generar crecimiento.
o Las remesas representan la fractura del tejido social nacional: familias que se fragmentan para encontrar empleo y remuneraciones que no existen en el país.
o En Estados Unidos, los mexicanos, aun los ilegales, tienen una ocupación laboral que les permite recibir entre 10 y 15 dólares la hora:
▪ La señal es clara, ningún programa de apoyo social tendrá la capacidad de generar un ingreso económico similar.
o Otro elemento: el problema de México no es la falta de oportunidades laborales; la informalidad resolvió lo que la política económica del
Estado no ha logrado hacer:
▪ La complicación es que lo hace a través de la precariedad laboral y la falta de prestaciones sociales.
o Los 33.7 mil millones de dólares que llegaron a México como remesas representan una señal del elevado costo social que se paga cuando la economía mexicana no crece, o más aún cuando entra en crisis.
o Cada año que México no ha crecido, o lo ha hecho por debajo de 4%, se dejan de crear entre 250 y 750 mil empleos formales: los mexicanos deben encontrar ocupación en la informalidad o en la migración.
• Cuando eso ocurre, aumenta la deuda social del Estado con la población mexicana.
o Los 37.7 mil millones de dólares representan cerca de 700 mil millones de pesos: similar al presupuesto de gasto total de la Ciudad de México, el Estado de México, Nuevo León y Jalisco juntos, es decir, de los motores del PIB de México.
o Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Zacatecas, Veracruz y Puebla, así como los municipios y alcaldías pobres de Jalisco, Estado de México y la Ciudad de México tienen pocas empresas transformadoras y las que existen se encuentran concentradas en una región que ya no tiene la capacidad de dar un buen empleo formal a los habitantes de otras zonas de su estado.
o El Estado mexicano no tendría la capacidad financiera para dar un apoyo económico equivalente a lo que representan las remesas.

o Únicamente el sector industrial y los servicios de alto valor agregado tienen la capacidad de crear empleo formal con sueldos y prestaciones competitivos a nivel internacional.
o Ante ello se deben crear empleos pertinentes no solo para el presente; es prioritario generar oportunidades laborales en áreas tecnológicas y de servicios de alto valor agregado; es decir, asociadas a la Cuarta Revolución Industrial y la Industria del Futuro.
o La aplicación de medidas que no estén alineadas con una verdadera estrategia de política industrial integral enfrenta un riesgo elevado de no alcanzar el éxito deseado, particularmente ante la deuda histórica de bajo crecimiento y por la profunda desaceleración económica que vive el país.
Análisis
Las remesas tienen dos características que las hacen únicas: son causadas por el crecimiento económico mediocre que la economía mexicana ha exhibido durante décadas y sus beneficios llegan directamente a los hogares de las familias sin la intervención del gobierno.
En el primer caso las remesas muestran que millones de mexicanos no encontraron la respuesta a su situación de pobreza y precariedad socioeconómica en el país; las remesas señalan que el Estado, y su política económica, no tuvieron la capacidad para generar crecimiento y empleo formal digno.
Durante los últimos 50 años, el aumento de la migración y las remesas muestran que México ha implementado diversos modelos de política económica y que ninguno ha logrado construir una Sociedad de Bienestar.
La razón es muy simple: todos los modelos de política económica mexicana fallaron en alcanzar uno de los objetivos básicos que todas las naciones desarrolladas han considerado estratégico; elevar el nivel de crecimiento económico al mismo tiempo que crea empleo formal para distribuir equitativamente la riqueza.
• En esencia, la primera característica de las remesas muestra la magnitud de la deuda histórica que la política económica del Estado mexicano tiene con la sociedad.
El segundo aspecto por destacar es que los migrantes mexicanos encontraron una respuesta a su problemática en otros países, fundamentalmente en Estados Unidos.
Dicha solución se dio al margen de la política económica del Estado mexicano: los migrantes, la mayoría ilegales, no tuvieron la necesidad de utilizar un marco institucional que ya les había fallado.
• Las remesas son una transacción entre particulares: los mexicanos que migraron y que, por la solidaridad y fraternidad que mantienen con sus familias, utilizan costosos intermediarios financieros para hacerles llegar recursos económicos, hacen posible el consumo y pequeñas inversiones en prácticamente todos los municipios de México.
Sin lugar a duda que las remesas representan la fractura del tejido social nacional: familias que se fragmentan para encontrar empleo y remuneraciones que no existen en el país.
Se debe destacar otra cosa: en Estados Unidos los mexicanos tienen una ocupación que les permite recibir entre 10 y 15 dólares la hora, cuando son ilegales, ingreso que aumenta significativamente para los que logran regularizar su situación migratoria.
Lo anterior manda una señal clara: ningún programa de apoyo social tendrá la capacidad de generar un ingreso económico similar al que se obtiene por migrar hacia Estados Unidos.
De igual manera hay otro elemento a citar: el problema de México no es la falta de oportunidades laborales; la informalidad resolvió lo que la política económica del Estado no ha logrado hacer.
• A raíz de la crisis de 1982, la informalidad se convirtió en una válvula de escape para los mexicanos que no encontraron empleo formal.

• No obstante, era un callejón sin salida, una trampa de precariedad económica y social: la informalidad laboral, que hoy constituye el 57% de la ocupación nacional, se encuentra fuera del marco institucional, no da prestaciones sociales ni cumple con las leyes y reglamentos. En algún punto se vincula con la ilegalidad y en casos extremos con el crimen organizado.
• En este sentido, y en materia laboral, se tiene un México Informal. ¿Por qué es relevante lo anterior? Gracias a la informalidad, México tiene una tasa de desocupación inferior a la de otras naciones con un nivel de desarrollo similar, las letras pequeñas son que es a cambio de precarización social:
• De acuerdo con las cifras del IMSS, el 99% los trabajadores formales registrados ante la institución tienen una remuneración superior al salario mínimo. Las empresas formales pagan mejor.
• ¿En dónde se encuentran las remuneraciones inferiores al salario mínimo o los trabajadores que no reciben un salario?: en la informalidad.
La existencia de ese mercado laboral informal representó la solución a la falta de crecimiento económico y empleo formal, sin embargo, hoy también es causa de la migración hacia Estados Unidos.
• La informalidad no otorga una remuneración (ni prestaciones sociales) que sea atractiva para evitar la migración de mexicanos que desean elevar su nivel de bienestar económico y social.
• Únicamente el sector industrial y los servicios de alto valor agregado tienen la capacidad de crear empleo formal con sueldos y prestaciones competitivos a nivel internacional.
Reflexión final
Las remesas ponen en claro la magnitud de la dependencia que México tiene respecto a la economía estadounidense: en 2018, más de 33 mil millones de dólares anuales permiten que millones de familias mexicanas puedan alimentarse, vestirse, ir a la escuela y tener acceso a medicamentos.
Los 33.7 mil millones de dólares que llegan a México como remesas deberían representar una señal clara del elevado costo social que se debe pagar cuando la economía mexicana no crece, o más aún cuando entra en crisis.
• Cada año que México no ha crecido, o lo ha hecho por debajo de un cuatro por ciento se dejan de crear entre 250 y 750 mil empleos formales: los mexicanos deben encontrar ocupación en la informalidad o en la migración.
Al tipo de cambio actual, los 33.7 mil millones de dólares representan cerca de 700 mil millones de pesos.
Dicha cifra es ligeramente inferior al presupuesto de gasto total de la Ciudad de México, el Estado de México, Nuevo León y Jalisco juntos, es decir, podría suplir cerca del 95% de los recursos que destinarán a inversión y gasto corriente las cuatro entidades federales más relevantes, en términos de PIB, del país.

Ello permite entender por qué los estados que reciben la mayor cantidad de las remesas (Jalisco, Estado de México, Guanajuato, Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz, Zacatecas o la propia Ciudad de México) dependen de dichos recursos: el Estado mexicano no tendría la capacidad financiera para dar un apoyo económico equivalente a lo que representan las remesas.
El mensaje implícito a lo descrito es la elevada fragilidad que tiene México respecto a Estados Unidos: 33.7 mil millones de dólares que son un puente de presión política y macroeconómica porque le dan vida a parte del consuno y la inversión diaria de las familias mexicanas en los municipios más pobres.
Bajo el contexto descrito, México no tiene tiempo que perder en materia de crecimiento económico, fomento a la inversión productiva y generación de empleo formal.
• La deuda social, y la dependencia hacia Estados Unidos, se elevan cada año que México no crece más de 4%.
Hay un común denominador en la mayoría de los estados que exhiben la mayor dependencia social respecto al arribo de las remesas: no cuentan con un sistema empresarial sólido y tienen el mayor rezago en materia de desarrollo industrial.
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Zacatecas, Veracruz y Puebla, así como los municipios y alcaldías pobres de Jalisco, Estado de México y la Ciudad de México tienen pocas empresas transformadoras y las que existen se encuentran concentradas en una región específica que ya no tiene la capacidad de dar un buen empleo formal a los habitantes de otras regiones de su estado.
Además, los requerimientos de la competencia y del futuro de la economía internacional imponen crear empleos pertinentes no solo para el presente; es prioritario generar oportunidades laborales en áreas tecnológicas y de servicios de alto valor agregado; es decir, asociadas a la Cuarta Revolución Industrial y a la Industria del Futuro.
La aplicación de medidas que no estén alineadas con una verdadera estrategia de política industrial integral enfrenta un riesgo elevado de no alcanzar el éxito deseado, particularmente ante la deuda histórica de bajo crecimiento y por la profunda desaceleración económica que vive el país.
