Crecimiento anárquico del Valle de México

Juan José Agustín Reyes RodríguezPor Juan José Agustín Reyes Rodríguez (*)

Centralización de la vida nacional

La cuenca de México, conocida comúnmente como el Valle de México, ha sido y sigue siendo el centro del poder político, económico, cultural, industrial y social del país.

Durante siglos esta región ha crecido sobre una importante zona lacustre que originalmente, antes de la llegada de los españoles, consistía de cinco lagos, cubriendo una superficie estimada en 200 mil hectáreas. Esos eran los lagos de Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco. Los habitantes originarios tenían una cultura lacustre, la cual se vio arrollada por la concepción feudal de los invasores peninsulares, iniciándose la desecación de ese sistema lacustre, para evitar las inundaciones que azotaban a la ciudad de México. Y tal parece que todavía la traemos en los genes, por las obras que se siguen ejecutando en la actualidad, impactando más con el Túnel Emisor Oriente (TEO), recientemente inaugurado con bombo y platillo.

La concentración humana en el centro de la República, ha sido el motivo de las migraciones de pobladores de todo el país y de otras naciones. Para dar cabida a esas migraciones del campo a la ciudad, se permitieron las invasiones de los bosques del poniente y los terrenos lacustres desecados del oriente del Valle de México.

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Esta situación tiene sus impactos en el ambiente, la economía y en la sociedad, como son la inseguridad, la viabilidad, el transporte, el crecimiento urbano desordenado, los conflictos sociales y la contaminación ambiental que cada día se acentúa más.

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Vialidad y transporte

Tomamos el ejemplo del transporte público en el Valle de México, que concentra una importante cantidad de las llamadas combis, que saturan las vialidades entre la Ciudad de México y los municipios colindantes del Estado de México.Foto 3

Recientemente fuimos testigos de un operativo de las autoridades de tránsito o vialidad del Estado de México, para revisar los documentos de las combis que circulan entre Texcoco y el paradero de La Paz. Por conexiones con algún jefe policíaco, uno de los líderes o despachadores de las combis del Valle de México, Tepetitlán y Rápidos del Valle de México, por mencionar los más numerosos, comenzó a hacer llamadas por celular a numerosos contactos, líderes o coordinadores y operadores, avisándoles que no salieran o que se regresaran donde estuvieran, porque las autoridades de vialidad tenían un operativo a medio camino. Hubo un movimiento inusitado de combis regresándose, dejando botada a la gente donde tuvieran que regresarse.

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Pero ¿cuáles eran los motivos para esa urgencia? Le preguntó al chofer dónde íbamos, si tenía verificación, seguro de vida, placas y licencia. Y para sorpresa de los pasajeros, resultó que no tenía verificación ¡ni seguro de vida para los pasajeros!

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Esta situación de irregularidades ha sido permitida por décadas por las autoridades de tránsito o vialidad del estado de México, que además controlan las concesiones de los taxis que se han apropiado de las calles de Texcoco y prácticamente todas las ciudades del Valle. Este es otro de los abusos de prácticamente todos los taxistas, quienes encuentran una calle con posibilidades de subir pasaje, se toman las calles arbitrariamente y las autoridades de tránsito o vialidad del estado o del municipio, los toleran, les autorizan dos o tres cajones y al poco tiempo ya son dueños de la cuadra completa.

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Es muy común que circulen normalmente combis irregulares, sin placas, ni seguros de vida, manejando como verdaderos cafres, corriendo carreras para levantar pasaje. Y a estos operativos son los que normalmente están atentos, ya sea porque les pasan el tip o a los primeros que detienen les avisan y así se organizan.

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¿No sería más fácil que las verificaciones se hicieran en las bases de las combis, en lugar de hacerlo a medio camino y que la gente tenga que seguir su camino como Dios les dé a entender?

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Zona sísmica

El Valle de México es una zona de sismicidad, en diferentes grados, en donde ha crecido y sigue creciendo la urbe metropolitana. Como que los sismos recientes que hemos tenido, en septiembre de 1985 y 2017, no han tenido un impacto en la población y los gobiernos para detener el crecimiento anárquico del Valle de México y las soluciones que se plantean, consisten en hacer previsiones con los simulacros de temblor, lo cual es un paliativo, que de alguna medida ayuda, pero no resuelve la situación a mediano y largo plazo.

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El simulacro del 20 de enero, que me tocó vivirlo en el Hospital General “General José María Morelos y Pavón” del ISSSTE, en la ciudad de México, funcionó con el sonido de la Alarma Sísmica, la salida de pacientes, doctores, enfermeras y visitantes se dio de manera ordenada. Sin embargo, una grave falla que se pudo observar fue que ordenaron cerrar las puertas de acceso a la calle en donde el espacio es abierto, sin construcciones y con mayor seguridad. Si hubiera sido un verdadero sismo, esa decisión de cerrar las puertas hubiera causado una verdadera tragedia. Esos son los puntos que deben mejorarse de manera importante.

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Posibles soluciones

Los gobiernos de la Ciudad de México y sus alcaldías, del Estado de México y sus municipios conurbados, así como otros municipios del estado de Hidalgo y otros estados vecinos, han hecho innumerables intentos de resolver los asuntos de crecimiento urbano y los servicios inherentes a ello: la vialidad, contaminación, escasez de agua, disposición de basura, transportación pública concesionada o la operada por el propio gobierno como es el METRO y METROBUS, prevención de daños y muertes por sismos, entre otros. Se han expedido leyes, reglamentos y normas para su cumplimiento, que no se acatan en su totalidad, creación de comisiones intergubernamentales, intersecretariales, así como otras medidas. Podemos decir que la mayoría son paliativos que no atacan las causas, que radican principalmente en la alta centralización de la vida del país en esta zona y seguir otorgando más facilidades para que siga el crecimiento anárquico en todo el Valle de México.

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Quizás la solución de fondo es definir y ejecutar una estrategia de descentralización del Valle de México hacia la provincia, fuera de la Cuenca de México. El presidente López Obrador propuso como una de sus estrategias de gobierno la descentralización de las dependencias federales a diversas entidades del país, lo cual no se ha cumplido, solamente unos intentos de algunas dependencias.

Si consideramos que la descentralización del gobierno puede ser un factor importante, la estrategia debería abarcar a las universidades públicas, empresas, industrias, centros de investigación y desarrollos urbanos. No es posible que los planes de desarrollo urbano, respondan a la visión tradicional de crecer con las planchas de cemento sobre superficies lacustres, tierras de cultivo y bosques que aún persisten, facilitando la atracción de más pobladores, con las consecuencias que ya se están padeciendo.

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De seguir estas tendencias de crecimiento, que no desarrollo urbano en el Valle de México, no sólo en la zona conurbada sino en toda la cuenca de México, se llegará a un colapso ecológico, social y económico. ¡Al tiempo!

(*) Ingeniero Agrónomo Especialista en Bosques, por la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, Texcoco, Estado de México (hoy Universidad Autónoma de Chapingo); Maestro en Ciencias y candidato a Doctor en Recursos Naturales por The University of Michigan, en Ann Arbor, Michigan; Consultor en Recursos Naturales, Ambiente y Desarrollo.

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