Urgente, que la UNAM proteja del coronavirus a sus adultos mayores

Mario Rosales BetancourtPor Mario Rosales Betancourt (*)

Resulta paradójico que la UNAM limite la entrada a los mayores de 65 años a su sala de conciertos, pero que les exija asistir a sus actividades laborales, sean administrativas o académicas.

La SEP, con el propósito de proteger fundamentalmente a niños y jóvenes, anunció que se adelantan y amplían las vacaciones.

Lo más significativo es que, según lo expresó el propio subsecretario de Salud, el grupo que requiere protección especial es el los adultos mayores, ya que es conocido que esta enfermedad no les da a menores de 10 años y que su afectación en niños mayores, adolescentes y jóvenes es relativamente menor. En cambio, es terrible, en porcentaje, con los adultos mayores.

Por ello, los programas de contención, prevención y tratamiento deberían tener mayor cuidado con este sector de la población, que en ocasiones se vuelve el más desprotegido y marginado, pero no vemos que esto sea así.

En clínicas y hospitales, para recibir atención -y para ello una ficha- no vemos trato especial; en los centros de trabajo no se conceden permisos o situaciones especiales.

Por ejemplo, en la UNAM, donde un gran número de profesores somos adultos mayores, solo se nos ha dicho que nos preparemos para eventualmente pasar de clases presenciales a poder darlas en linea; pero no se nos ha dicho si también -igual que en la SEP- se adelantara el periodo no laboral de Semana Santa.

Una situación especial, y hablo en mi caso, es que quién va a cuidar a nuestros nietos, ya que mi hija y yerno trabajan, por lo cual, si no se suma la UNAM a esta situación de contención del coronavirus, no hay quien pueda hacerlo.

Creemos que en general ante esta pandemia, los patrones -tanto en el sector privado, como especialmente en el sector público-, deben protegernos especialmente a los que tenemos más de 65 años, y la UNAM en particular debe sumarse a las medidas de la SEP, porque resulta absurdo que a futbolistas y aficionados de los Pumas se les proteja suspendiendo la liga, y en cambio a estudiantes y a profesores, muchos adultos mayores, se nos exponga.

(*) Abogado, periodista y profesor universitario

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