En realidad, es una farsa disfrazada de legalidad; será mucho ruido y pocas nueces. Un gran escándalo mediático, que ya empezó, antes de iniciar el proceso, y que claramente tiene propósito de desprestigiar al PAN y al PRI, ante las elecciones del próximo año

Por Mario Rosales Betancourt (*)
Imagen ilustrativa: Foro Económico Mundial
Pues pasaban los días, sin que se iniciera el proceso contra el exdirector de PEMEX, ahora llamado el Sr. Lozoya, y esto evidencia que no es él quien tiene anemia, sino el procedimiento, al que intencionalmente le faltan glóbulos rojos.
Finalmente hoy, por videoconferencia y a puerta cerrada, se realizará la audiencia que sólo se refiere al asunto menor, el de la planta Agronitrogenado, que presuntamente se compró a un sobreprecio, y, el miércoles, el del asunto mayor: el de Odebretch. Pero en éste, Lozoya ya tiene un amparo ganado porque ya prescribió la posibilidad de condenarlo por este delito por el tiempo transcurrido.
Es claro que desde España —con la asesoría nada menos que de Baltazar Garzón— se llegó a un acuerdo (que parecería ilógico para alguien que quisiera legalmente defenderse, como el de entregarse al gobierno mexicano) con renuncia al principio de especialidad extradicional, lo que le impediría ser juzgado en México por otros delitos distintos.
La razón es que esos nuevos delitos podrían ser mayores o igual de graves a los que se basó la solicitud de extradición; pero también pueden ser menores, y lo probable —para que aceptara el acuerdo— es que sean menores.
Esto tiene otra razón: a Lozoya, se le quiere dar el tratamiento del mal llamado testigo protegido. Legalmente, conforme a nuestra legislación, es la aplicación del llamado Criterio de oportunidad, que permite a las fiscalías y procuradurías el ejercicio (o no ) de la acción penal en ciertos supuestos, en particular, el de la fracción V del artículo 256 del Código Nacional de Procedimientos Penales, que permite aplicar el criterio de oportunidad bajo el siguiente supuesto: «Cuando el imputado aporte información esencial y eficaz, para la imputación de un delito más grave del que se le imputa y se comprometa a comparecer en juicio».
En el mismo artículo se señala que no podrá aplicarse el criterio de oportunidad, en delitos que afecten gravemente el interés público. Si a lo anterior sumamos que Lozoya ya tiene un amparo para no ser juzgado por lo más cuantioso y grave, que es lo de Odebretch, se descubre el truco. Éstee consiste en que el no lo se ha iniciado el proceso porque —para que se aplique sin problemas legales el criterio de oportunidad en su favor— se le debe procesar por un delito menos grave, que el de los que va a ser testigo, y que no sea de interés público.
En realidad, pienso que es una farsa disfrazada de legalidad; será mucho ruido y pocas nueces. Un gran escándalo mediático, que empezó antes de iniciar el proceso, y que claramente tiene propósito de desprestigiar al PAN y al PRI ante las elecciones del próximo año.
Por ejemplo, resulta ilógico que para aprobar la reforma energética se tuviera que sobornar a los legisladores del PRI que sólo aplaudían y apoyaban todo lo que viniera del Presidente. ¿Para qué pagar a los incondicionales? Y al PAN… ¡por favor!, si la idea de la reforma energética siempre fue del PAN.
Entonces: ¿qué sentido tendría pagar para convencer a los convencidos? En cambio, no se menciona ni al Verde ni al PRD, muchos de cuyos legisladores de entonces son actualmente morenistas, como quien era líder del PRD en el Senado, y actualmente es gobernador morenista de Puebla.
Nuevamente veremos cómo al entrar la política por la puerta grande, el estado de derecho se va por las ventanas; los que esperan sentencias contra los grandes culpables, incluyendo al expresidente Peña, verán un bonito show, en el que se le seguirá desprestigiando (que por estos asuntos de Odebrecht, que por el avión, que por su novia, etc.). Pero mientras no exista un proceso bien hecho, que finalice con una sentencia definitiva y condenatoria, será circo y seguirá la impunidad.
Espero que este pronóstico no se dé, y que sí exista un macro proceso que imponga sanciones a quienes mal gobernaron en el pasado. Como Santo Tomas, no creer hasta ver.
(*) Profesor titular C con 44 años de antigüedad en FES Acatlán, UNAM. Profesor con 39 años de antigüedad en UAM-Azcapozalco. Miembro de ANPERT (Asociación Nacional de Periodistas de Radio y Televisión) y de CONAPE (Compañeros Internacionales Periodistas y Editores).
