En un comunicado oficial de la Rectoría de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), su titular, Dr. José Solís Ramírez, informó que un grupo de consejeros universitarios tuvo una sesión el día anterior, para destituir al Rector y nombrar un interino, fuera de toda legalidad, ya que no fue una sesión del Consejo Universitario sino una “sesión especial” de un grupo de consejeros identificados con un cierto grupo político.

Esa fue una sesión a todas luces ilegal, por ser violatoria de la Ley que creó a la UACH, así como del estatuto que la rige, por no estar dentro de su normatividad alguna disposición que permita que estas sesiones especiales aprueben acuerdos de tal magnitud, ya que eso es competencia exclusiva de toda la comunidad universitaria de alumnos y profesores mediante plebiscito. Ahí se nombró ilegalmente como rector interino al Dr. Eusebio Dagoberto Torres Quintana, un connotado antorcho, quien, acompañado de algunos aliados como el C.M.I. Martín Soto Escobar (que por cierto fue un candidato perdedor a la rectoría), del alumno consejero Marcial Puente Chávez y de un abogado externo a la UACH, fue instalado como rector interino y otorgó nombramientos a sus nuevos funcionarios.

Desde luego que este es un intento más de Antorcha Campesina (¿Asesina?), que es el brazo armado del PRI, para apoderarse de Chapingo, ya que lo ha intentado desde que era Escuela Nacional de Agricultura (ENA) y cuando se inició como Universidad, bajo el comando del dueño de esa organización Aquiles Córdova Morán, quien empezó a forjar su imperio desde que era estudiante en la ENA. Antorcha tiene numerosas ramas para apoderarse de diferentes sectores sociales: hasta cuenta con su “Antorcha Guadalupana”. Esta organización ha estado financiada y solapada por gobiernos emanados del PRI, lo que les ha permitido obtener curules en la cámara de diputados federal y de algunos estados, presidencias municipales (como Chimalhuacán, Ixtapaluca, otros municipios de Puebla), regidurías, sindicaturas; cuentan con emporios gasolineros dedicados al huachicol, como se informó públicamente; también, hoteles, escuelas, sindicatos y prácticamente tienen intereses económicos y políticos en cualquier ámbito de la sociedad. Han sido invasores de terrenos, que lotifican y se los venden a sus agremiados, obligándolos a participar en marchas, plantones y en cualquier cosa que les ordenen, a reserva de que si no cumplen, les quitan sus terrenos o casas que han pagado mensualmente, sin que lleguen a tener la propiedad plena de las mismas.

Peña Nieto, como gobernador del Estado de México y después como presidente de la República, les regaló ranchos y terrenos que adquirió previamente (cuando ya los había invadido Antorcha), inclusive en terrenos nacionales como los que le entregó en el Lago de Texcoco, entre otros muchos.

Los antorchos se han querido apoderar del municipio de Texcoco, pero no lo han logrado; solo han podido poner algunos funcionarios o regidores, bajo las siglas del PRI, que es su cómplice patrocinador.

Están muy claros los intereses de Antorcha de apoderarse de Chapingo, porque significa acceder a los importantes recursos económicos, puestos directivos, canonjías y poder hacer todo tipo de tropelías, sin que corran ningún riesgo penal, al sentirse con una autonomía mal entendida y así gozar de total impunidad.

Este grupúsculo de consejeros de Antorcha y sus cómplices argumentan que la destitución del rector legal es por haber encontrado una serie de irregularidades en la administración, pero en realidad, independientemente que si las debe haber, el asunto que detonó estos pretextos es el nombramiento de un contralor interino apoyado por este grupo de golpistas, el Dr. Clemente Villanueva Verduzco, quién para competir por el cargo presentó documentos falsos, por lo que el Jurídico de la UACH presentó una denuncia formal a las autoridades civiles correspondientes para investigar el uso de documentos falsos por esta persona. Como pretexto de este grupo golpista, se empeñaron en defenderlo a capa y espada exigiendo retirar la denuncia, lo cual no ocurrió y fue la gota que derramó el vaso para estas acciones ilegales de este grupo de consejeros universitarios.

Muchos chapingueros que hemos egresado de la ENA y de la UACH, vemos con gran preocupación y tristeza como esta institución centenaria de gran prestigio ha venido cayendo en manos de grupos totalmente distanciados de los principios y legados de Chapingo, buscando solamente sus beneficios personales y de grupo para disponer de los recursos, las plazas, los puestos y demás canonjías posibles que pueden obtener dentro de la universidad. Chapingo se ha visto secuestrada por un sindicato de trabajadores que la ha puesto en jaque cada año con sus huelgas y demandas fuera de toda realidad, afectando profundamente la razón de ser de Chapingo, que es preparar profesionistas en todas las ramas de las ciencias de la tierra y no la comodidades y beneficios exagerados de sus trabajadores, que al suspender todas las actividades afectan económica, social, académica y científicamente la marcha de la universidad, lo que conlleva costos económicos y académicos de gran relevancia. Pero eso no les importa porque ellos no ven el interés de México sino sus comodidades personales y de grupo.

Así, de las muchas fuerzas que se mueven contra el rector, lo hacen más contra Chapingo, un sindicato de trabajadores imprudente e intolerante y el grupo de los y sus cómplices golpistas.

A partir de la transformación de la Escuela Nacional de Agricultura, que era de excelencia a nivel nacional e internacional, a Universidad Autónoma Chapingo, aún puede considerarse de tener buen nivel, pero no podemos presumir que sea de excelencia, porque muchos de sus propios integrantes, desde profesores aviadores o que se la pasan haciendo proyectos y trabajos personales utilizando el nombre de la institución, alumnos que no ven el futuro del país y no tienen compromiso con su carrera, hasta trabajadores irresponsables y grupos políticos como los antorchos y todas sus ramas, han secuestrado a Chapingo.

Y desde luego que estos no son los más de diez mil alumnos y mil quinientos o más profesores y muchos de los trabajadores, los que han venido haciendo estas tropelías, sino pequeños grupos bien organizados y solapados en algunos casos por algunas autoridades y contralores internos, que muchas veces no ven tanto desbarajuste, sino únicamente cuando quieren fregar a los contrarios.

Considero que Chapingo merece una revisión a fondo desde reformas a la Ley que la creó, al Estatuto Universitario y a otros reglamentos que la rigen, en donde se puedan dejar claros y retomar los objetivos y principios de la Universidad y eliminar esos cotos de poder que se han venido creando en perjuicio de la propia universidad. Se requiere una amplia participación, no sólo de los miembros de la comunidad universitaria, sino de los egresados que podemos aportar experiencias, conocimientos y legados históricos y de actualidad en el campo. Chapingo no puede seguir secuestrada por todos esos grupos nefastos que han dominado por décadas, impidiendo o limitando el desarrollo profesional y de excelencia que debe tener para el bien del país.

Independientemente de lo anterior ya es tiempo que las autoridades actúen legalmente contra todos esos grupos que sabotean y causan daños a la universidad y no quedarse con quejas que no resuelven nada.

(*) Ingeniero Agrónomo Especialista en Bosques. por la Escuela Nacional de Agricultura, de Chapingo, Texcoco, Estado de México (hoy, Universidad Autónoma Chapingo); Maestro en Ciencias y Candidato a Doctor en Recursos Naturales por The University of Michigan, en Ann Arbor, Michigan; Consultor en Recursos Naturales, Ambiente y Desarrollo.