Más impactos ambientales del fallido aeropuerto en el Lago de Texcoco

Por Juan José Agustín Reyes Rodríguez

Imagen ilustrativa: Duilio Rodríguez (Pie de Página)

A pesar de los numerosos estudios científicos y técnicos que se hicieron desde las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, acerca de la importancia no sólo de evitar la desecación del Lago de Texcoco, sino mantenerlo y mejorarlo como uno de los elementos fundamentales para lograr una regulación del régimen hidrológico forestal de la Cuenca de México, también conocida como la Cuenca del Valle de México.

Se estableció el Proyecto Lago de Texcoco, con la participación fundamental de la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos (hoy bajo el control de la Comisión Nacional del Agua) y de la Subsecretaria Forestal y de la Fauna, con la finalidad de rescatar cuerpos de agua, hacer lavado de suelos, forestar y pastizar los terrenos del lecho del lago que en tiempo de estiaje pierden al agua superficial y generaban importantes tolvaneras que impactaban a la zona metropolitana.

Adicionalmente se inició un importante proyecto de reforestación, a cargo de la Subsecretaría mencionada con el apoyo de la Dirección Técnica Forestal de la hoy extinta Unidad Industrial de Explotación Forestal, que surtía materia prima forestal a las Fábricas de Papel San Rafael, en Tlalmanalco, estado de México, el Proyecto San Marcos y posteriormente se amplió como Barrera Forestal de Oriente, cubriendo los principales municipios de las estribaciones de la montaña Tláloc y del Iztaccíhuatl. El objetivo fundamental de estas acciones, que se realizaron con gran acierto, era el restaurar las tierras forestales de los lomeríos de la subcuenca de Texcoco, tributaria del lago de Texcoco, para incrementar su función reguladora del sistema hidráulico del oriente de la Cuenca de México.

Hay que señalar que en este periodo se construyó el Lago Nabor Carrillo y otras lagunas de regulación en el lago. Sin que se hubieran hecho estudios formales, por lo que sólo es un hecho que se pudo observar muy claramente, fue que con la construcción del Nabor Carrillo y por el bombeo profundo que se hizo para lograr consolidar el lecho del mismo, hubo una extracción de agua tan importante que los ahuehuetes o sabinos que presuntamente plantó Nezahualcóyotl, Rey Tlatoani de Texcoco, en el llamado Parque Nacional El Contador o Los Ahuehuetes (que por cierto no tenía decreto de creación, sino solamente un administrador, Don Mariano Macías, asignado por la Subsecretaría Forestal y de la Fauna), se secaron de una forma casi instantánea al bajar sus niveles freáticos de manera significativa.

Con los cambios de regímenes de gobierno y de políticas se perdió el Proyecto Lago de Texcoco para iniciar con mayor intensidad la desecación del lago y ampliar terrenos para el crecimiento urbano de Nezahualcóyotl, Ecatepec y Chimalhuacán, habiéndose desincorporado alrededor de seis mil hectáreas, reduciendo así de manera significativa la superficie federal del Lago de Texcoco.

Grietas en terrenos del oriente del Lago de Texcoco. Foto: Manos a la Cuenca

Posteriormente, después de varios intentos de construir un nuevo aeropuerto en el lecho del Lago de Texcoco, desde las décadas de los 40–50 del siglo pasado, el intento de Fox, que incluía terrenos de Atenco y finalmente Peña Nieto que, usando solamente terrenos federales, se inició la construcción del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM que después se llamó Nuevo Aeropuerto Internacional de México —NAIM—).

Cuenca de México. Imagen: información pública

No cabe duda de que el proyecto arquitectónico del NAIM fue un verdadero portento de la arquitectura, habiendo ganado inclusive un premio internacional como el mejor proyecto en su tipo. Sólo que había un pequeñísimo detalle: ESTABA EN EL SITIO EQUIVOCADO. Ya ha habido muchos estudios científicos, técnicos y financieros, así como experiencias de muchos pobladores de la zona, que demuestran la inviabilidad de esa construcción en el lecho del lago de Texcoco, por el tipo de suelo y subsuelo que es un problema relevante, además de los impactos causados en la región por la extracción de materiales mineros, el desecho de residuos tóxicos en los socavones, la perdida de áreas boscosas y reforestadas, impacto en calles de pueblos y caminos así como a la salud, por la circulación diariamente de miles de góndolas de 30 toneladas transportando materiales, el entubamiento que se inició de los nueve ríos del oriente, captando sus flujos en un canal transversal que evita que lleguen al lago y se desvían hacia colectores centrales y fundamentalmente la desecación del Lago de Texcoco, que afecta a toda la región del Oriente de este cuerpo hidráulico.

Una de las minas sobreexplotadas en la subcuenca de Texcoco. Foto: JJARR

Además de los sistemas de drenaje del lago con sus emisores central, poniente, gran canal se inició la desecación con el túnel emisor oriente (TEO) que tiene una capacidad de drenar más de 150 metros cúbicos por segundo. Este TEO se encuentra justamente en el oriente del lago, y se construyó con el pretexto de evitar inundaciones en la ciudad de México, cuando las mayores inundaciones se originan en el poniente de la cuenca. El objetivo fundamental de este TEO fue drenar esta zona oriente para evitar que el NAIM se inundara, así como la zona vecina, donde está la gran especulación inmobiliaria de los capos de esta actividad.


Carta alborada por Martha Pérez Pineda, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra-San Salvador Atenco. 2018. La desaparición o devastación de cerca de 80 cerros está representada por los puntos rojos, además del impacto de más de 160 minas ilegales, con permisos vencidos, clandestinas o con autorizaciones irregulares.

Esta visión especulativa es lo que ha persistido para mantener la autopista de Tezoyuca al Peñón, manteniéndola a pesar de las resoluciones en favor de los ejidos de Atenco y Tocuila para que les sean devueltas las tierras donde se construyó esta autopista ilegalmente, pero con toda la protección del estado en los años de Peña Nieto. Tal parece que persisten esos intereses de funcionarios agrarios, de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y otros no tan visibles.

El nuevo gobierno al cancelar las obras del NAIM, invitó a recibir propuestas para conocer el uso para darle a las obras que quedaron en el sitio, a lo cual los grupos de colectivos, académicos, activistas, pueblos afectados y personas interesadas, propusieron al gobierno un programa integral para no seguir poniendo concreto y recuperar la función hidrológica forestal del Lago y su cuenca de captación, reconstruir el tejido social y restaurar los impactos a la zona, así como fortalecer proyectos productivos y de conservación entre otros, establecidos en el Proyecto MANOS A LA CUENCA, integrado por varios participantes de los pueblos afectados.

Foto: Duilio Rodríguez (Pie de Página)

Por otro lado, un arquitecto paisajista presentó otro proyecto, conocido como Parque Ecológico Lago de Texcoco (PELT) que pretende aprovechar parte de las casi cinco mil hectáreas en manos del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), con el desarrollo de canchas para varios deportes, áreas de viveros, deportes acuáticos, auditorios para eventos masivos y otras obras, fue aceptado por el nuevo gobierno. Este proyecto es un refrito de un proyecto similar presentado en el 2010. Recientemente se hizo otra propuesta de crear una especie de Tenochtilandia, algo así como una Disneylandia con orientación hacia Tenochtitlán, que seguramente alguien estará madurando.

Población que se pretende «beneficiar» con el Parque Ecológico Lago de Texcoco. Foto: Especial

Reitero que no es conveniente que se siga haciendo ningún tipo de obras, que tienen una mentalidad urbana sin tener nada con visión ecológica, más que el puro nombre, por lo que la tarea fundamental es recuperar el espejo o espejos de agua que den vida al Lago de Texcoco.

Gritas abiertas en terrenos al oriente del Lago de Texcoco. Foto: Duilio Rodríguez (Pie de Página)

Lo que se encuentra en los medios recientemente, son las grietas que se están abriendo de hasta 500 metros de largo y ocho metros de profundidad, que están afectando directamente tierras de cultivo, al río Papalotla y seguramente afectará a otros ríos y terrenos en la zona oriente del lago.

Otra grita en terrenos al oriente del Lago de Texcoco. Foto: Manos a la Cuenca

Si cuando se construyó el Lago Nabor Carrillo se secaron todos los Ahuehuetes del Parque el Contador en Atenco, es muy claro que las grietas que están apareciendo, más las que faltan, son efecto de la desecación de la parte oriente del Lago de Texcoco, con daños ambientales, sociales, económicos y hasta culturales que está causando ese predominio de intereses económicos y políticos de funcionarios que habiendo estado en gobiernos anteriores, están actuando de la misma manera en el presente gobierno.

(*) Ingeniero Agrónomo Especialista en Bosques. por la Escuela Nacional de Agricultura, de Chapingo, Texcoco, Estado de México (hoy, Universidad Autónoma Chapingo); Maestro en Ciencias y Candidato a Doctor en Recursos Naturales por The University of Michigan, en Ann Arbor, Michigan; Consultor en Recursos Naturales, Ambiente y Desarrollo.

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