Tuve la fortuna de conocer al periodista mexicano Manuel Buendía (asesinado en 1984) con mi amigo y hermano Pepe Pagés Rebollar de la revista Siempre. En aquella reunión que se prolongó hasta altas horas de la noche, tuvimos la fortuna de que Buendía nos platicara sus principales investigaciones e hipótesis respecto a la actuación de Manuel Bartlett Díaz (en ese entonces Secretario de Gobernación) con las agencias americanas (CIA, DEA, FBI, US Army, American Embassy, etc.) que, abordaremos posteriormente. Sin embargo, hoy mi mayor preocupación es ¿que estamos haciendo con los cientos de periodistas asesinados y que el gobierno se queda inactivo y los crímenes impunes?

Después del asesinato de Manuel Buendía y hasta el cierre del caso, cinco años después, los medios noticiosos mexicanos tuvieron una presencia muy importante: la televisión, las OGN organizando marchas y protestas y nunca se capituló o se olvidó. Sin embargo, hoy no puedo opinar lo mismo. Constantemente asesinan periodistas y solo les dejan una mínima nota en algún periódico o una corta mención en medios. De acuerdo con CNN, en este sexenio han sido asesinados 144 periodistas. Solo Afganistán y Siria han registrado más muertes de reporteros en el mundo.

¿Que pasaría si los periodistas asesinados y acribillados hubieran sido los más famosos de la actualidad? ¿Tendrían cobertura total de los medios? ¿Exigirían al gobierno su intervención? ¿Entonces? ¿Y los 144 asesinados?

En lugar de que el Dr. Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República, encarcele a su inocente y anciana cuñada por pleitos personales, que en primera estancia resuelva los asesinatos de todos los periodistas y, segundo, que se encargue de desarrollar un proceso innovador que evite nuevos asesinatos entre los personajes de los medios de comunicación. Solo así podremos hablar de la famosa “libertad de prensa” que tanto gritan y no aplican. Dr. Gertz: ¿vas a trabajar o a hacerte el chololo?

En realidad, el problema se encuentra en las actuaciones de los encargados de la justicia en todo el país, y estamos hablando de que trabajan alrededor de 850 000 elementos en SEGURIDAD NACIONAL, con un presupuesto ilimitado (mayor que el de muchos países centroamericanos), con armamento y equipos sofisticados, tanto a nivel municipal, como estatal y federal, y aún así, están infiltrados en todo el gobierno de la famosa 4T. Hablamos de corruptos, corruptores y corruptibles que no pueden acabar con los desaparecidos, las matanzas, los narcos, los sicarios, los secuestros…

Como sociedad pensante, no podemos aceptar que sigan matando periodistas por escribir y dar sus puntos de vista en un medio de comunicación; aceptar esto, es tanto como dar nuestro aval a un gobierno ineficiente, incompetente y mentiroso.

Los procesos que siguen aplicando hoy los encargados de la seguridad en México se quedaron en el pasado. Lo único que se requiere es una verdadera e inteligente coordinación entre todos, un verdadero sistema integral de seguridad nacional. Actualmente los procesos de seguridad son más electrónicos que físicos e interfieren en la vida de miles de personas por medio de poderosos programas informáticos que cruzan las comunicaciones, las rutas, los medios, las transacciones… y que en lugar de utilizarlas para el bien común o para el bien hacer, las desvían, pretendiendo el asalto a la razón y a la honestidad. Cada vez que lo hacen, invaden ámbitos personales de políticos, periodistas, candidatos, empresarios, trabajadores… con otros fines serviles.

Yo invito a todos los integrantes de la SEGURIDAD NACIONAL, llámese, SEDENA, SEMAR, FAM, FGR, UIF, SSPC o cualquiera que sean sus siglas, así como a todos órganos de gobierno (municipales, estatales y federales), a ponerse un reto para que, durante los próximos 6 meses, ni un periodista o comunicador más tenga que ser velado en este país por asesinato.

¿Aceptan el reto?

¿Van a trabajar o a seguir haciéndose como el chololo?

Saludos cordiales.

(*) Investigador y escritor critico. Candidato a doctor en educación.