El ejercicio de la política alcanza los peores niveles de escándalo

Por Jorge Santa Cruz
Imagen ilustrativa: Banco Mundial
Diputados ventajosos
Nos enteramos, por ejemplo, de que 37 diputados federales se prestaron más de 11 millones 600 mil pesos que pagarán con una tasa de interés mucho menor a la que cobran los bancos.
De acuerdo con El Universal (23 de enero de 2023, primera plana), estos 37 legisladores pagarán 5.5 % de interés anual, en tanto que los bancos cobran entre 12 y 16 % de interés al año.
Habrá quienes digan que esto es legal; podría ser, pero no es ético. Sacan ventaja de su posición ―que les permite ingresos mensuales de 150 mil pesos― mientras que la mayoría de los mexicanos tiene carencias de todo tipo, en especial, alimentarias.
Mantenimiento del Metro
El gobierno de la Ciudad de México, que encabeza la precandidata presidencial de Morena Claudia Sheinbaum, atribuye las continuas anomalías del Sistema de Transporte Colectivo Metro ―algunas de ellas, mortales― a presuntos actos de sabotaje.
Con la complicidad del presidente de la República, Sheinbaum metió a más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional al Metro e inició investigaciones por presuntos actos de sabotaje.
Sheinbaum y su equipo tratan de encubrir la deficiente administración del Metro, de la cual ellos son responsables.
Como bien nos decía un observador político: la aplicación de los recursos es mucho más compleja que ir a un banco, sacar el dinero y entregárselo al director del Metro.
La gestión de los recursos se puede verificar porque el dinero público deja huella electrónica. ¿No será que dinero del Metro se fuga para la precampaña presidencial de Sheinbaum?
Por lo demás, la jefa de Gobierno y su equipo están obligados a explicar si los mecanismos de supervisión operativa del Metro son los adecuados. Ellos son empleados de los ciudadanos, que les pagan sus salarios mediante el pago de impuestos, así que están obligados a desarrollar sus obligaciones con absoluta transparencia.
No se trata de que Sheinbaum supervise la operación del Metro, sino de que tenga al personal idóneo y de que este le suministre la información de lo que pasa en este Sistema de Transporte Colectivo que mueve a casi 5 millones de personas al día.
Los imponderables pueden provocar accidentes («incidentes» les llaman Sheinbaum y su equipo); pero la carencia de personal calificado, de sistemas computarizados o de presupuesto también pueden causar tragedias.
¿Acaso contratan a personal improvisado? Todos los servidores públicos del Metro involucrados en la operación del STC deberían de estar certificados.
¿Será que los sistemas computarizados para la operación del Sistema son insuficientes u obsoletos?
¿Cabría pensar que las piezas de repuesto no tienen la certificación indispensable? Todas las piezas de cualquier avión, por ejemplo, están verificadas y cumplen con los estándares internacionales para garantizar la seguridad de los pasajeros del Metro.
Si se contrata a personal no certificado, se tiene equipo computarizado insuficiente u obsoleto y/o los repuestos son de mala calidad ¿no será que se deba a falta de dinero? ¿A que podría deberse la carencia de este recurso? ¿Malos manejos? ¿Desvíos para la precampaña presidencial de Sheinbaum? Las preguntas son absolutamente válidas.
AIFA
Una de las más recientes ocurrencias del presidente de la República (tal vez deberíamos calificarla de capricho) es la de sacar los vuelos de carga del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para obligarlos a utilizar el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
En 2022, se movilizaron 570 mil toneladas de carga en el AICM. (El Economista, 23 de enero de 2023, primera plana).
La medida, una vez que se aplique, impactará en los costos de exportadores, distribuidores e importadores; estos costos se trasladarán finalmente a los consumidores.
Por si fuera poco, la distancia que existe entre el AIFA y la Ciudad de México perjudicará los tiempos de entrega y otras cuestiones de logística.
El capricho presidencial tampoco toma en cuenta que los grupos criminales tratarán de sacar el máximo provecho de esta circunstancia. Toda la carga que llegue a la capital tendrá que hacer el mismo trayecto del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien viajó en un vehículo blindado de última generación, protegido por el Servicio Secreto de los Estados Unidos y con personal que le abrió paso en todo momento.
Estas ventajas no las tendrá ningún empresario que reciba su carga en el AIFA. ¿Cuánto le costará al país este capricho del presidente de la República? Aún no se cuantifica la cantidad.
Lo que sí es cierto es que México es el país de las cuentas oscuras.
Hasta la próxima.
