Claro que importa si gana Claudia o Xóchitl, si Morena se consolida como el nuevo partido casi único, si Andrés Manuel López Obrador alcanza capacidad de maniobra política transexenal desde la sombra de un gran árbol en Palenque ─como la quisieron Luis Echeverría o Carlos Salinas─; pero lo realmente importante es si regresamos nuestro sistema político 27 y hasta 35 años en un verdadero «Back to the future«

Por los 20 mil 771 cargos federales y locales en elección, los comicios del domingo 2 de junio se presumen como los más grandes de la historia electoral del país. Así es en parte por el corrimiento de las fechas que muchas elecciones locales han tenido para hacerlas coincidir con las federales, y no se viva votando un domingo sí y otro también en alguna parte del país.

Pero ¿qué le debe de importar al ciudadano, lo mismo del norte o del sur, del Pacífico o del Golfo?

Primero, que más allá de quién alcance una regiduría, sindicatura, gubernatura o la misma Presidencia de la República, se verá si los ciudadanos deciden que regrese el sistema de partido prácticamente único que se quebró en 1997 cuando el PRI perdió la mayoría legislativa federal, con el importante antecedente de 1989, ocho años antes, cuando ese mismo partido había perdido su primera gubernatura, la de Baja California; o bien, rechaza esa posibilidad y opta por la tercera vía, escoge un sistema más equilibrado, donde seguramente habría una mayoría pero no asfixiante y poca fuerza que tenga el poder de imponerse de manera autoritaria.

Claro que importa si gana Claudia o Xóchitl, si Morena se consolida como el nuevo partido casi único, si Andrés Manuel López Obrador alcanza capacidad de maniobra política transexenal desde la sombra de un gran árbol en Palenque ─como la quisieron Luis Echeverría o Carlos Salinas─; pero lo realmente importante es si regresamos nuestro sistema político 27 y hasta 35 años en un verdadero Back to the future.

Lo anterior explica que lo más importante sea estar pendiente de quien gana la Presidencia de la República y la mayoría en las cámaras de Diputados o Senadores; en concreto, si es una mayoría simple –─a mitad más uno─ o calificada ─dos tercios─ y cómo se combinan los resultados de una con la otra cámara.

De las gubernaturas, nueve en total, naturalmente todas son importantes, pero hay asegunes. La primera es la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, urbe que sigue centralizando los poderes político y económico, y donde fracasó la descentralización de la administración pública buscada por este gobierno. Un triunfo opositor en la capital del país diría que la voluntad antiunipartidismo está viva y actuante.

Luego, sigue Veracruz, un estado muy politizado, donde cada veracruzano piensa que puede ser gobernador, y por esa razón ha molestado la candidatura de una morenista nacida en otra entidad. Desde luego, Tabasco, tierra natal del presidente y sede de una sus obras emblemáticas. Yucatán y Guanajuato para medir la fuerza de Acción Nacional, y, por último, Jalisco, donde Movimiento Ciudadano construye uno de sus pilares para su futuro en 2030.

Sigamos con las alcaldías de la capital. ¿Se mantiene el actual empate en el número de esas alcaldías entre la oposición y Morena? ¿Ricardo Monreal logra que los ciudadanos le escrituren la Cuauhtémoc como ya lo consiguió con Zacatecas? ¿Benito Juárez y Miguel Hidalgo repiten como opositoras e Iztapalapa como morenista?

De las mil 802 presidencias municipales habrá que ver si las capitales estatales se inclinan por el mismo color que lo hagan en las gubernaturas, y desde luego dos en especial: Guadalajara y Monterrey, donde de nueva cuenta, Movimiento Ciudadano podría seguir construyendo su futuro, quedarse estancado o comenzar a caer.

¿Qué tanto van a seguir cayendo PRI y PRD, ¿seguirá su agonía o podrían mostrar alguna mejoría? El paso de políticos priistas destacados a Morena continúa, y muestra que el ahora partido gobernante se alimenta del pasado.

Hay que decirlo: todo cargo en elección es importante; pero los ciudadanos además de elegir a su titular, debemos seguir día a día el desempeño de ese funcionario, porque la democracia no es de un día y también incluye la vigilancia del gobierno.

(*) j_esqueda8@hotmail.com