Se trata de otra mentira de AMLO que busca causar más confusión en el pueblo «sabio»

Por Mario Rosales Betancourt

Imagen ilustrativa: Capital 21

Por un lado, se dice que el pueblo es sabio, pero por otro se aprovecha su ignorancia, se le confunde y engaña; el gobierno y su partido saben que a pesar de su “sabiduría” no distingue entre fiscalías; y entre poder judicial federal y poder judicial del fuero común. Así, se señalan las lacras en la administración de justicia, que evidentemente existen, como si fueran responsabilidad única del poder judicial federal, cuando en la realidad, es en los ministerios públicos y los jueces que imparten la justicia cotidiana donde se encuentra el origen de la corrupción, lentitud, venalidad y demás males.

El presidente López Obrador ya logró imponer a la ahora virtual presidente electa, Claudia Sheinbaum, a los legisladores y demás políticos de la 4T, así como a la población que lo apoya en todo, su personal idea, de que con solo elegir a los jueces se terminará con los males, que existen en la impartición de justicia en nuestro país.

Confunde cuando en la mañanera dice que en Estados Unidos se elige a los jueces, lo que es falso. Lo he dicho y lo reitero: a nivel nacional, el único país del mundo que lo hace es Bolivia; y es un desastre. Por ejemplo, no se ha podido convocar a elecciones para ello desde el año pasado; la mayor parte de los votos fueron nulos; ha generado intervención y conflictos de grupos políticos, y, lo más importante, no ha solucionado los problemas.

Además, Bolivia no es una Federación con dos poderes judiciales diferentes, el federal y el local, como es en Estados Unidos y en México.

En Estados Unidos lo que se elige ─solo en algunos condados─ son los fiscales, o sea, el equivalente a nuestro ministerio público. Y sí, en ciertos casos, existen los jurados populares, pero no son por elección, sino por sorteo o insaculación.

Lo que notamos en la propuesta de Reforma Judicial es que existe una fuerte confusión, ya que la mayoría de la población no distingue entre las funciones de las fiscalías del poder judicial federal y del poder judicial del fuero común.

El error inducido de manera intencional atribuye solo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Poder Judicial de la Federación la responsabilidad única de los problemas que existen y que lastiman a nuestra sociedad, como la liberación de delincuentes, la corrupción, el retraso en los procesos judiciales, etcétera. Lo cierto es que estos fenómenos negativos se originan, en los más de los casos, en ministerios públicos de las fiscalías locales y en la fiscalía de la Federación, así como entre jueces del fuero común y cuerpos policíacos.

El punto es que si a nivel nacional, el único país del mundo que elige a su poder judicial es Bolivia y no funciona, qué nos hará suponer que sí funcionará en México, y sin reformar ministerios públicos, tribunales del fuero común, las deshonestas actuaciones de los abogados del estado y particulares, etcétera.

Se podrá aprobar, pero será solo una ilusión; y cuando no funcione, el costo político no será para AMLO, sino para Claudia Sheinbaum.

Y lo que se logrará, es lo que sí existe en muchos países populistas, como Venezuela, El Salvador, Polonia, Hungría, Rusia y Corea del Norte entre otros, en donde no existe un poder judicial autónomo que frene los abusos del poder ejecutivo.