La abyecta subordinación de diputados y senadores de la 4T se suma a la sentencia de muerte que dictó la presidenta contra el Poder Judicial

Por Jorge Santa Cruz
Imagen ilustrativa: red social X
Es cierto que al subir a la tribuna del Congreso de la Unión saludó con un beso a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña. Pero también lo es que la nueva presidenta de México sentenció a muerte a la actual Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En su primer discurso a la nación, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo confirmó que se aplicará la reforma judicial diseñada por su antecesor Andrés Manuel López Obrador.
Lo anterior quiere decir simple y llanamente que el poder judicial será sometido a los dictados de la Cuarta Transformación, la cual decidirá quiénes ganarán las elecciones de jueces, magistrados y ministros. También, quiénes serán los cinco integrantes del comité disciplinario que se encargará de evitar que los impartidores de justicia fallen en contra de los intereses del gobierno y de la 4T.
De manera contradictoria, aseguró certeza a los inversionistas nacionales y, sobre todo, extranjeros, en el proceso de relocalización de empresas (nearshoring). ¿Eso que quiere decir? Que ─como lo hizo Obregón en 1923, con los Tratados de Bucareli─ la reforma judicial será indulgente con los inversionistas extranjeros.
Obregón dejó sin efecto la aplicación de las leyes mexicanas a los latifundistas y a los petroleros estadounidenses a cambio del reconocimiento de la Casa Blanca.
Un indicio de que es muy probable que la nueva presidenta de México trate de tener grato al poder político y económico de Estados Unidos es que mantendrá la autonomía del Banco de México (por lo menos, al inicio de su gobierno).
Evento social más que político
La ceremonia de toma de posesión se convirtió en realidad en un evento social, los legisladores de la 4T (diputados y senadores) hicieron todo lo posible para tomarse la foto con la festejada (como, por ejemplo, en las fiestas de quince años).
La euforia de los legisladores de la 4T evidenció su subordinación a la nueva presidenta de la República. No hay en los hechos, Poder Legislativo.
Y pronto, tampoco habrá Poder Judicial.
Así, aunque la presidenta Sheinbaum haya dicho que su antecesor Andrés Manuel López Obrador se retirará a escribir, lo cierto es que la dictadura está a punto de consolidarse.
