Son traidores a la patria los que exhortan a cantar el himno nacional cuando las estrofas que les hacen vibrar son las de la Internacional

Por Jorge Santa Cruz (*)
Imagen ilustrativa: Periodismo Sin Compromisos
Veo un camión de carga que tiene pegada una leyenda que dice: «No a la extorsión». Y mi primer pensamiento es: «El gobierno permite la extorsión».
¡Por supuesto que la permite! Y no solo en las carreteras; también, en las ciudades, los pueblos y rancherías.
La extorsión se comete a la vista de todos; incluso queda registrada en las cámaras de seguridad públicas y privadas. Eso, sin embargo, les tiene sin cuidado a los extorsionadores y, por supuesto, a sus cómplices incrustados en los tres niveles de gobierno.
Delincuentes y autoridades (funcionarios, políticos y uniformados corruptos) lograron dar al traste con el estado de derecho; tanto, que la ley hoy es una entelequia que perdió el poco peso que tenía. Padece una anemia que parece incurable.
En México impera la ley del terror porque la política fue copada por la delincuencia.
Puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que los traidores a la patria son los que se robaron los poderes ejecutivo, legislativo y judicial; los que se robaron, también, la mayoría de las gubernaturas y presidencias municipales.
Los que protegen a los delincuentes en las agencias del ministerio público (sean del fuero federal, sean del fuero común); los que encubren delitos valiéndose de sus cargos de policías de investigación; los policías preventivos que previenen a los criminales de posibles operativos en su contra; los que impiden a las Fuerzas Armadas (Ejército, Fuerza Aérea, Marina y Guardia Nacional) cumplir con su deber.
Los que dejan que los criminales gobiernen las cárceles; y que gobiernen desde las cárceles.
También son traidores a la patria los que matan a decenas de miles de mexicanos indefensos en el seno materno.
Son traidores a la patria los que permiten la entrada, fabricación, almacenamiento, venta y trasiego de drogas mortíferas que enferman y matan a miles de mexicanos, que les roban voluntad y dignidad, y destruyen sus familias.
Son traidores a la patria quienes les roban la inocencia a nuestros niños y jóvenes, y los empujan a la depravación sexual.
Son traidores a la patria los que convierten a las futuras generaciones en fuerzas subversivas al servicio del neocomunismo, el cual articula la anticoncepción, el aborto y el homosexualismo con la finalidad de facilitar el control social vía, por ejemplo, la cédula de identidad digital, el expediente de salud digital y la supresión del dinero en efectivo. (Tal es el modelo chino).
Son traidores a la patria los que claman por la unidad nacional al tiempo que dividen a los mexicanos con mentiras, medias verdades, desinformación, rencores e insidias.
Son traidores a la patria los que exhortan a cantar el himno nacional cuando las estrofas que les hacen vibrar son las de la Internacional.
Son traidores a la patria los que exigen respeto a la soberanía porque encubren con ella a los peores criminales.
Son traidores a la patria los que utilizan las amenazas y desplantes de un populista como ellos, Donald Trump, para atribuirse una legitimidad política que no merecen.
Son traidores a la patria los que se hicieron con el poder valiéndose del engaño y, luego, del fraude.
Son traidores a la patria los que nos impusieron a los mexicanos una dictadura comunista cuyos atributos bananeros son el cinismo, la desvergüenza, la vulgaridad y la extorsión.
Sí, la extorsión: «Perderás esas ayudas si votas contra nosotros».
Los traidores a la patria pulverizan esas «ayudas» por medio de la inflación real; de la cada vez más deficiente atención en el sector salud, en el IMSS, en el ISSSTE, en el ISSFAM, etc. También, por medio de los gasolinazos (siendo que ellos prometieron que el litro de gasolina costaría 10 pesos).
Los traidores a la patria trajeron de Cuba a agentes subversivos y espías disfrazados de médicos; y le han enviado a Cuba una fortuna en cargamentos de petróleo.
Los traidores a la patria ofrecen protección al exdictador boliviano Evo Morales, a pesar de que está acusado de trata de personas. Y peor aún: reconocen a la fraudulenta dictadura de Nicolás Maduro.
Ellos son los traidores a la patria.
Los peores mentirosos, extorsionadores y protectores de delincuentes; criminales por acto u omisión. Los abortorios oficiales son apenas un ejemplo de lo primero; las extorsiones, de lo segundo.
Ellos son los que mancillan la bandera nacional envolviéndose en ella.
Ellos son los que osan ensuciar nuestra mexicanidad; son los extraños enemigos, pues su ideología internacionalista es contraria al nacionalismo mexicano católico, mestizo, hispánico y occidental.
México dice «No a la extorsión», empezando por la que se organiza en Palenque, Chiapas, y se ejecuta desde Palacio Nacional. Y decir «no a la extorsión» es gritar «¡No a los traidores a la patria!».
(*) Periodista con 43 años de trayectoria profesional. Director de Periodismo Sin Compromisos.
