Hegemón: El que conduce. Sólo hay uno. No puede haber dos ni tres. Puede haber luchas hegemónicas, pero al final sólo queda un solo poder hegemónico.

Por el Gral. de División DEM retirado Roberto Badillo Martínez
Imagen ilustrativa: Especial
Quiero dejar asentado que en el siguiente escrito no represento a ningún militar retirado o en activo. Tampoco a ningún civil.
Actualmente está muy de moda este tema, por el hecho de que el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quiere ejercer (sin tomar en cuenta derechos nacionales e internacionales) el poder hegemónico de Estados Unidos en todo el mundo. Esto podría llevar a grandes repercusiones sociales, económicas, políticas, militares, culturales, financieras, bancarias e históricas.
En la historia de la humanidad siempre ha habido hegemones que dominan regiones, espacios, naciones o grupos de naciones. En todo el desarrollo de la humanidad ha sido la misma situación. Así fue en las grandes ciudades y países asiáticos. Así fue en la grandes ciudades y países europeos. Así, en las aldeas y pueblos de África y Oceanía. Y así fue en las sociedades mesoamericanas y de América del Sur. Esto quiere decir que ejercer la hegemonía por una persona, un grupo, una ciudad, un estado o un país grande o pequeño es una condición humana. Ningún ser humano y ningún país se conforman con lo que son y lo que tienen. Siempre quieren más a costa del vecino e incluso, del que no es vecino.

Retrato oficial 2025
En la civilización occidental destacan la ciudad de Roma y el Imperio Romano, que conquistaron ciudades y pueblos en Italia, en Europa, en Asia y en África. A Roma le sucedieron ciudades italianas que conquistaron zonas o áreas dejadas por el Imperio Romano. Así fue como Venecia dominó la navegación y el comercio con Europa y el Medio Oriente durante siglos. Mientras tanto, Florencia y otras ciudades italianas como Milán, Génova y Pisa destacaban como grandes ejes bancarios, de navegación y de comercio en el mundo de entonces.
La mayoría de los hegemones en la historia humana ha buscado el liderazgo para dominar espacios políticos, comerciales, territoriales, militares y marítimos e incluso, ideas religiosas. En ocasiones, cuando los gobiernos nacionales o reinos no buscaron ser hegemónicos, las ciudades se organizaban por lo menos para la dominación del comercio marítimo y territorial. Desde luego, todas estas organizaciones querían la autoprotección sin esperar que otros que no fueran ellos las defendieran. Fue el caso de la Liga Hanseática que incluía también una protección de los impuestos, tasas e intereses a otras ciudades y países.
O sea, el mundo ha sido dominado por hegemones de muy diversa índole, pero que, a final de cuentas, tienen como objetivo la dominación de territorios, espacios y grupos de países en prácticamente todos los ámbitos que dominan la vida del ser humano, valiéndose de reglas lo más claras posibles.
La lucha de varios hegemones en espacios cercanos o en continentes es lo que ha llevado al mundo a las guerras en toda la historia de la humanidad. Cuando se rompen las reglas, estallan las guerras. Las reglas las implementan y las hacen respetar los políticos con militares a su mando en cualquier etapa de la historia humana. Por eso, Karl von Clausewitz tuvo razón al exponer su famosa frase: «La guerra es la continuación de la política por otros medios».
Los hegemones de la historia de Occidente han sido a grandes rasgos los siguientes: Alemania en Europa; Francia en Europa, Asia y África; España en Europa, América, Asia y también en África, en menor grado; Inglaterra en Europa, Asia, África, América y Oceanía; Rusia ha sido hegemónica solo hacia el Este de Europa en las estepas asiáticas, desde la época de los zares.
La preponderancia inglesa comienza hacia el 1700, previo a la creación del primer banco central de Europa: el Banco de Inglaterra. Se puede decir que la preponderancia inglesa ─que duró hasta principios de la Segunda Guerra Mundial─ fue apoyada por su Banco Central y por la armada británica (la más grande de su tiempo y que recorrió los mares del mundo). Asimismo, tuvo el apoyo de las compañías de indias ─que no eran otra cosa que organizaciones muchas de ellas bancarias y financieras─ para abrir los mercados asiáticos, africanos y de América.
En esa época, Inglaterra se asentó en Australia, prácticamente un continente con inmensos recursos de toda índole. Antes de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos se había fortalecido grandemente por la previa guerra contra España a la que había arrebatado Puerto Rico, Filipinas y otras islas del Pacífico.
Asimismo, había establecido una dominación absoluta en la Isla de Cuba. Hacia 1914 había terminado de construir y de inaugurar el Canal de Panamá. Todo lo cual lo había convertido en una potencia mundial.
Al terminar la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos tenía ya un poderoso ejército y una marina que cursaba todos los mares del mundo. La Segunda Guerra Mundial demostró lo anterior al ser el principal defensor de Europa ante la Alemania de Adolfo Hitler.

También fue el mayor contribuyente a la ofensiva de la Unión Soviética sobre Alemania en el frente Oriental de Europa.
Sin esta ayuda enorme que está totalmente ocumentada, más la ayuda de Inglaterra y Francia ─que dispusieron de los cuantiosos recursos de sus colonias, como la India, Australia y las que tenían en África─, la Unión Soviética jamás hubiera podido vencer a Alemania. Esto seguramente no se lo enseñaron en la escuela a Vladimir Putin ni a los rusos. Por ello celebran ostentosamente ser los vencedores de Alemania en 1945.

La guerra fue mundial porque prácticamente todos los continentes conducidos por Estados Unidos, Francia e Inglaterra atacaron con sus ejércitos y sus recursos a Alemania. Esta afirmación la refrenda la inutilidad del ejército ruso durante la agresión a Ucrania.
Antes de esta agresión, la política rusa presentaba a su ejército como el segundo más poderoso del mundo, en condiciones de hacer frente al de Estados Unidos. Al ser detenido por un país atrasado y pequeño como Ucrania en su misma frontera, el ejército ruso ha hecho un ridículo mundial.
Ahora se conoce la verdadera capacidad militar de Rusia. Sus limitaciones están a la vista de todos. Repito: un país pequeño y subdesarrollado como Ucrania frenó al heredero del Ejército Rojo.

A quien piense que Ucrania solamente ha resistido la agresión rusa por la ayuda occidental, le pregunto: ¿a un país agredido se le debe negar la ayuda que solicita? Por estas condiciones inoperantes del ejército ruso en Ucrania, a quienes afirman que Rusia es un poder mundial y que es uno de los polos que deben dirigir al mundo, les digo: el mundo es dirigido no solo por el poder militar, sino por otro tipo de poderes como el económico ─expresado en la producción de bienes y servicios de todo tipo─.
A quienes sostienen también que Rusia es un poder económico les recuerdo lo siguiente:
- El Producto Interno Bruto de Estados Unidos es de aproximadamente 29 billones de dólares.
- El PIB de la República Popular de China ronda los 18 billones de dólares.
- El PIB de Alemania es de 4.5 billones de dólares, aproximadamente.
- El de Japón se estima en 4.3 billones de dólares.
- El de India se calcula en 3.3 billones de dólares.
¿En dónde aparece Rusia en estas cifras del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial? Aparece con un PIB de 1.9 billones de dólares, apenas por encima del PIB de nuestra patria, México. Con estas cifras Rusia jamás podrá ser un polo del poder mundial. Los que digan lo contrario ─y son muchos, no solo en México, sino en el mundo ─ que lo demuestren. Si están en lo correcto, no les costará mucho trabajo. Lo cierto es que no lo harán.
Claro es que para ser uno de los polos del poder mundial no solo es importante la producción de bienes y servicios. Cuenta mucho la población. En este aspecto Rusia se ve también en desventaja. Sólo tiene 144 millones de personas y un éxodo contabilizado en cientos de miles, aumentado por la fracasada agresión a Ucrania. Y hay especialistas que aseguran que su población irá en descenso en los próximos años.
También el territorio es importante para ser un polo del poder mundial, y en esto Rusia ─si nada más contara el territorio─ sería el máximo poder mundial, sería el hegemón. Pero no lo es por su escasa producción de bienes y servicios, y por su escasa población en relación con los otros países que luchan por liderar al mundo en la actualidad.
Su enorme territorio quizás haga que Rusia tenga multitud de admiradores de todo el mundo; seguidores que ─como ya expuse─ se equivocan al proclamar al gigante territorial euroasiático como un polo del poder mundial.
El poder de Rusia se deriva de las Fuerzas Armadas organizadas por la Unión Soviética no solo en tierra, mar y aire, sino en el espacio. Esta fuerza la constituyeron los líderes soviéticos después de la Segunda Guerra Mundial porque destinaron hasta el 40 por ciento del presupuesto nacional a la organización de las Fuerzas Armadas. La caída de la Unión Soviética, que ya tiene más de 30 años, ha hecho obsoletos muchos de los equipos militares de tierra, mar y aire que la actual Rusia maneja. Sin duda no considerar este asunto, fue uno de los errores estratégicos del Estado Mayor de Putin al aventurarse a la agresión a Ucrania. Y lo está pagando.
Al comenzar esta agresión, en febrero del 2022, en una entrevista con mi amigo el periodista Jorge Santa Cruz, le aseveré que ni aun ganando Rusia podría considerarse vencedor, porque Ucrania es un país muy pequeño de apenas 44 millones de personas, subdesarrollado, con un producto interno bruto por persona ─en aquel tiempo─ de apenas unos 5 mil dólares. Un país que agrede a otro de esa naturaleza en su frontera y no puede llegar a su capital, jamás puede decir que ha ganado la guerra al ser detenido por más de 2 años.
Un país agresor de esta magnitud solo puede engañar a su población con el cuento de que ganó la guerra, pero no al mundo militar.
El ridículo militar de Rusia aumentó cuando solicitó ayuda militar ─incluso con la presencia de soldados─ al régimen comunista de Corea del Norte, un país pobre, subdesarrollado, con un régimen fantoche que quiere retar a Occidente. Según fuentes occidentales, Corea del Norte envió unos 12 mil soldados al frente occidental de Rusia en Ucrania. Las tropas norcoreanas no han demostrado hasta ahora su eficiencia en la ayuda a Rusia. Y los ucranianos alegan que Rusia los emplea como carne de cañón.
Otro fracaso ruso, aunque indirecto, lo protagonizó uno de sus aliados, Irán, que hizo el ridículo ante Israel, después de tantos años de pleitos con el Estado hebreo.
A Irán, Rusia también le solicitó ayuda militar ─principalmente drones─ para atacar al estado y pueblo ucraniano.

Mapa: Wikipedia
Seguramente Trump, el presidente estadounidense, impondrá una paz en Ucrania, pidiéndole a Ucrania que ceda parte de los territorios que Rusia ha invadido. Si se logra esto, el régimen de Putin le dirá a su pueblo que ha obtenido una estruendosa victoria, pero será falso,. Su ejército ha sido ridiculizado ante los Estados Mayores Militares de todo el mundo. Si Ucrania cede territorios, pero en los tratados se logra que Rusia respete su soberanía, habrá logrado un gran avance para su desarrollo e incorporación, a la Europa Occidental.
Si Ucrania, logra, además, su integración a la Organización del Tratado del Atlántico Norte ─como es su deseo─ habrá logrado para los próximos años una estabilidad y una tranquilidad que el pueblo ucraniano necesita; ello a pesar de la incertidumbre en que se encuentra en febrero del 2025 esa organización militar, a la que Trump también ha atacado, en mi concepto justificadamente, por no organizar ejércitos modernos, adiestrados y comandados al ritmo de la época.
Los países occidentales europeos que conforman esta organización han abandonado la preparación de sus ejércitos, porque han confiado, en la protección militar de Estados Unidos. Ese es el reclamo justificado de Trump. Y eso tiene que arreglarse.
La Unión Europea es inmensamente superior a Rusia en economía, industria, comunicaciones y nivel de vida. Solo le falta un líder político que la dirija.
Desde hace 40 años, los políticos europeos se han dedicado a promover las políticas sociales ─de «regalar dinero» a sus pueblos de muy diversas maneras─ para asegurarse las reelecciones en sus respectivos países. Han hecho politiquería pobre, barata y fatal para sus pueblos. Todo ello ha continuado con el actual estado del bienestar que promueven todos los políticos de la Unión Europea para ganar elecciones y disfrutar del poder político.
Solo para hacer una comparación en producción de bienes y servicios diré que la Unión Europea en su conjunto es la segunda economía del mundo, con casi 20 billones de dólares. Sólo le falta un líder político que hable por todos los países y modernice a sus Fuerzas Armadas para que Rusia no se atreva a intervenir en su territorio.
Esta Unión Europea así organizada, apoyada en la OTAN, en la que se encuentran además Estados Unidos y Canadá, terminaría definitivamente con las aventuras militares rusas en Europa Occidental. Rusia está a años luz de competir con la Unión Europea en producción de bienes, servicios y tecnología, entre otros. Repito solo falta que la UE se una en propósitos y que sea dirigida por un líder genuino que hable por todos los países y que modernice a sus Fuerzas Armadas para disuadir definitivamente a Rusia.
Esto es lo que más convendría a Rusia porque terminarían sus aventuras militares en Europa Occidental y sus falsos aires de gran potencia mundial. Líderes responsables la organizarían para hacerla productiva en todos los aspectos de las relaciones humanas en las que va atrasada con respecto a Occidente, y la llevarían a modernizarse e incrustarse en la economía mundial. El pueblo ruso tendría paz por primera vez en varios siglos.
Estas son solo algunas consideraciones ─que no profundizan en temas militares─ que descartan que Rusia pueda ser un polo de poder mundial. Rusia necesita millones de personas y modernizarse en todas las áreas de la vida humana para competir con el mundo occidental.
Además, marítimamente, Rusia está encerrada en el Mar Negro, lo que dificulta su acceso al Mediterráneo y a los mares del mundo. Sus guerras ancestrales con Turquía y el hecho de que este país forme parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte hacen difícil que Turquía, en un caso bélico, le permita la salida de sus buques.
En el norte de Europa, los países bálticos que han sido sus aliados por la fuerza como Letonia, Estonia, Lituania, más Finlandia, rechazan al unísono la influencia rusa en sus territorios; incluso se deslindan de la electricidad proveniente de Rusia. Algunos de ellos ya son miembros de la OTAN, por lo que tienen bases militares de esa organización establecidas en sus territorios.
En estas últimas semanas, Rusia además ha sido desplazada de sus posiciones en el mar Mediterráneo, ubicadas en Siria, al caer estrepitosamente el régimen al que apoyaba, el de Bashar al Ássad. Con esta caída, el régimen de Vladimir Putin se ve seriamente afectado en sus ambiciones, de tener influencia militar y política en el Medio Oriente.
Con la modernización de las fuerzas armadas de los países europeos que forman parte de la OTAN, con una sólida alianza entre ellos y con el apoyo de Norteamérica, podrá lograrse una era de paz mundial duradera. Y digo Norteamérica porque incluyo a México.
La integración de nuestro país con Estados Unidos y Canadá progresa, a pesar de los vaivenes de los líderes estadounidenses. Dicha integración llevará a que México sea miembro de la OTAN en un futuro no muy lejano, a pesar de los berrinches de los comunistas mexicanos, incluso de los que están en el gobierno.
Ahora bien, para integrarse a la OTAN, México necesitará modernizar también a sus Fuerzas Armadas y el adiestramiento de sus efectivos se tendrá que hacer en coordinación con Estados Unidos y Canadá.
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Seguir pensando o soñando ─por ideología o por ignorancia─ en la Unión Latinoamericana esabsurdo, y es ir contra los intereses de nuestra patria.
Sobre el particular, me referiré a mis primeros contactos como militar con las famosas frases de la Unión Latinoamericana y la Unión de la Patria Grande que aluden a la unión de nuestros países latinoamericanos.
En el año 1974, con el grado de Mayor de Infantería Diplomado de Estado Mayor, fui designado como agregado militar y aéreo en las repúblicas de Argentina, Uruguay y Paraguay. Todas ellas sufrían en ese entonces la embestida de movimientos guerrilleros comunistas, organizados y conocidos como montoneros, tupamaros, liberacionistas y trosquistas, normalmente adiestrados en esa ideología en las universidades latinoamericanas. Todos eran imitadores de la revolución cubana y creídos de que, con un empujón violento, esos países caerían en sus manos. Los crímenes contra militares, policías, fuerzas de seguridad, personas civiles como hombres, mujeres y niños cometidos por esos asesinos comunistas están debidamente acreditados y nadie se ha atrevido hacerles justicia a las víctimas.
Pues bien, como agregado militar mi deber era visitar desde Buenos Aires donde estaba mi sede, a los países de Uruguay y Paraguay. Desde luego que mi primer contacto eran los diplomáticos mexicanos en esos países. Visité varias veces a ambas repúblicas.
En Uruguay estaba la sede, de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio que ─según los mexicanos que se encontraban en Uruguay acreditados ante esa asociación─ serviría para que Latinoamérica se uniera mediante el comercio y llegara a ser una gran potencia. Puros cuentos, eran parte de la diplomacia mundial que aún existe en la actualidad, que se dedica a vivir maravillosamente, a costillas de los presupuestos de sus países. Esto es inevitable. Se dan vida de ricos sin serlo muchos de ellos. Sus comidas y cenas son en los mejores restaurantes de las ciudades donde se encuentran.
Esta organización fue creada a principios de los años sesenta y fue completamente inútil para lograr sus propósitos. Pero no fue la única. Hubo otra denominada Sistema Económico Latinoamericano. Su sede estaba en Caracas, Venezuela. Tenía también como base el desarrollo económico de los países de América Latina. Inútil y costosa también.
Asimismo, existen el Parlamento Andino, el Parlamento Centroamericano y organizaciones regionales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que hacen reuniones periódicamente, eventos ostentosos y ridículos que solamente gastan el presupuesto de los pueblos de América Latina.
No puede ser exitosa ninguna organización que reúna a los líderes corruptos, pretenciosos, engreídos, envidiosos y populacheros de América Latina; los que controlan las libertades de sus pueblos y de los medios de comunicación de diversas formas (concesiones, amenazas, sobornos…).
Los sesenta años o más que llevamos soportando a estas organizaciones nos deben indicar que solamente el trabajo y el esfuerzo de los gobiernos y los pueblos podrán impulsar hacia adelante a todos nuestros países. la Unión Latinoamericana no existe. Es palabrería hueca de políticos ignorantes, trepadores y corruptos.
Solo una Norteamérica unida, capaz de producir bienes y servicios para sí misma y para el mundo, podrá detener a la peligrosa máquina comunista china. Hablo de una Norteamérica fuerte también en lo político y en lo militar (con Fuerzas Armadas modernas). Hablo también de una Norteamérica que pueda actuar en coordinación con una Europa unida.

Foto: Especial
El verdadero peligro viene de la China comunista, que se ha hecho rica y agresiva gracias al comercio que tiene con Estados Unidos y el mundo occidental.
Un líder occidental se ha dado cuenta de todo eso. Hablo de Donald Trump, quien en su segundo e incluso en un probable tercer mandato gubernamental se dedicará a detener el impulso chino en todo el mundo.
Lo que digo no gustará a los comunistas y socialistas; incluso a algunos demócratas occidentales; pero es la realidad. La realidad es lo que está pasando; no lo unos y otros quieran que pase.
Por lo pronto, merced al accionar de Trump, la franja y la ruta de la seda de los chinos comunistas se ha interrumpido en Panamá. De igual manera, se ha interrumpido en Italia. Y así se irá interrumpiendo a lo largo y ancho del planeta debido a las medidas estadounidenses.
China es el verdadero peligro para todo el mundo; no nada más para los pueblos de Occidente. Su régimen comunista, dictatorial, tiránico, donde las libertades de las personas son ignoradas, debe ser detenido. Cuba, Venezuela y Nicaragua están bajo el yugo de dictaduras al servicio de China roja.
Entonces, si el actual USA HEGEMON puede detener a los chinos comunistas, quiere decir que Estados Unidos es el único hegemonista del mundo actual.
Quienes piensan y escriben en libros y en los medios de comunicación que hay tres poderes mundiales ─Estados Unidos, Rusia y China─ se equivocan. Si lo creen así, que lo demuestren. Rusia está descartada por todo lo que ya se escribió en este ensayo.
Comparativo Estados Unidos-China
China tiene tres grandes recursos para ser hegemón mundial:
- territorio de más de 9 millones de kilómetros cuadrados;
- población de más de 1400 millones de personas; y
- producción de bienes y servicios de casi 18 billones de dólares.
China, además, está modernizando a sus Fuerzas Armadas. Pero todavía le falta para retar al hegemón estadounidense, quien es indiscutiblemente el actual y único en el mundo. China, ciertamente, tiene además un régimen ambicioso que quiere la hegemonía mundial.
Como se puede observar, China produce 18 billones de dólares en bienes y servicios, con mil cuatrocientos millones de personas. Mientras que Estados Unidos, produce casi 29 billones de dólares en bienes y servicios, con aproximadamente 330 millones de personas. La diferencia es enorme.
Por ello, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos son poderosas. Por ello, Estados Unidos dedicará en el 2025 aproximadamente 950 mil millones de dólares para sus Fuerzas Armadas. En tanto, China dedicará aproximadamente a ese mismo rubro 150 mil millones de dólares. La diferencia demuestra la indiscutible hegemonía estadounidense, en la actualidad.
En efecto el poder militar de Estados Unidos se demuestra en todo el mundo. Puede actuar militarmente en cuestión de horas, en cualquier parte del mundo. Único país que lo puede hacer.
Con más de 700 bases militares en los 5 continentes, “oye y sabe”, lo que se dice y se hace en el mundo, sin tomar en cuenta protestas y consejos de líderes populacheros que se oponen a ello. Completa esa información con la que obtienen 16 agencias gubernamentales que se encuentran en todo el mundo a ras de tierra y en los gobiernos de esos países.
Desde el espacio, conoce lo que hacen sus enemigos en la tierra que pueda afectarlos de una u otra forma. Esas 16 agencias gubernamentales tienen recursos por miles de millones de dólares: esos recursos superan los presupuestos individuales de más de 180 países del mundo. Esos son los medios materiales en tierra, mar, aire y espacio exterior que Estados Unidos emplea para proteger a su estado, a su país y a su población.
Esa es la realidad. Aquí no cabe la imaginación de fanáticos antiimperialistas, antiyanquis, por ideología o porque así han sido educados en las universidades de todo el mundo. La realidad se impone. Todo lo demás es inútil.
Siete flotas estadounidenses establecidas por todo el mundo, con centenares de barcos de todo tipo, incluyendo submarinos y portaaviones, hacen que este país pueda intervenir militarmente en cualquier punto de la tierra en cuestión de horas para ejercer su hegemonía. Eso lo saben los comunistas chinos. Entre el armamento de estas flotas, desde luego que se encuentran armas nucleares. Esa es la realidad militar del mundo en febrero del 2025. No hay otra.
El hegemón estadounidense también controla los organismos mundiales, por la sencilla razón de que el mismo Estados Unidos los ha promovido después de la Segunda Guerra Mundial. La Organización de las Naciones Unidas y todas sus dependencias por todo el mundo no se han creado sin la aquiescencia de Estados Unidos ni tampoco sin su presencia económica que normalmente es la mayor. Por eso Donald Trump, al retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) provocará a este aparato necesidades económicas inesperadas. Múltiples organizaciones creadas por las Naciones Unidas siguen el mismo proceso de dependencia.
Por si fuera poco, las organizaciones económicas mundiales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. entre otras, también dependen grandemente de Estados Unidos desde el punto de vista económico, político y financiero.
Por todo ello, Estados Unidos es el único hegemón mundial en 2025. Todo aquel que lo ignore, se expone a tener graves desilusiones. Y si es gobernante, puede agravar la situación de sus pueblos.
Desde fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos es el único poder mundial: en lo económico, en lo militar, en influencia mundial y en presencia militar en muchos países; en tierra, mar y aire. Negar esto es ignorar la realidad. No soy partidario de que esto sea así. Pero así lo es. Tampoco lo rechazo.
Y siendo todo esto así, sé que mi país es su vecino más cercano hacia el sur. Que las relaciones humanas diarias entre los dos países se cuentan por millones y que son únicas en este aspecto en todo el mundo. Que las relaciones económicas son las más fuertes que las que puedan tener dos países en todo el mundo. Sé que 42 millomes de mexicanos o descendientes de mexicanos viven en ese país, de los cuales, según se dice, alrededor de 9 millones son indocumentados.
Sé que esos millones de mexicanos están completamente integrados a la economía estadounidense. Sé que esos mexicanos producen aproximadamente 2 billones 400 mil millones de dólares anualmente a esa economía. Sé que centenares de miles de méxico-americanos (por necesidades políticas de residencia o por necesidades económicas) han entregado su vida defendiendo a ese país, integrados en las Fuerzas Armadas estadounidenses. Lo han hecho especialmente desde la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, la Guerra de Vietnam y las Guerras del Golfo Pérsico. No lo apruebo ni lo desapruebo. Es la realidad. Sé que decenas de estos mexicanos en todos los grados de la escala militar han recibido las más altas condecoraciones militares de ese país, por su participación en esas guerras.
Conozco la frase del presidente Ronald Reagan al condecorar con la Medalla de Honor del Congreso de Estados Unidos por la guerra de Vietnam al sargento de Fuerzas Especiales Roy Benavidez, hijo de madre yaqui y de padre nativo del estado de Chihuahua, pero nacido en Texas.
Durante la ceremonia solemne efectuada en el Pentágono, Reagan dijo: «Si la historia de su heroísmo fuera el guión de una película, no lo creerían».

Foto: Reagan Library
Además, el sargento Benavidez recibió cuatro corazones púrpura por su heroísmo como integrante de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
Así reconocen en las Fuerzas Armadas de nuestro vecino del norte a sus militares que actúan heróicamente en defensa de su país y de su población.
Me duele como militar decir lo siguiente: ¿cómo reconocen las autoridades mexicanas a los cientos de militares que han muerto en la lucha contra los comunistas y los narcotraficantes en nuestro país? (Incluyo las muertes más sádicas como el descuartizamiento de militareas al prestar sus servicios en nuestras Fuerzas Armadas).
No hay ningún reconocimirento para esos militares que entregan su vida por México, por su país y sus familias. Son olvidados. Se ignoran completamente sus servicios y su muerte. Su sacrificio. Su lealtad. Esta es otra realidad de nuestro tiempo, en nuestra patria. Las generaciones futuras deberán enmendar esta injusticia.
Ahora me referiré al hegemón Trump. Como él sabe todo lo anterior y más, actúa como lo hace en su segundo mandato, con toda la hegemonía que ese poder mundial le proporciona. Es impredecible. Hace lo que quiere. Probablemente algunas de sus frases son propias de su carácter espontáneo y algunas de sus acciones no sean trascendentales, o lo sean el tiempo que gobierne.
No toma en cuenta para sus acciones al derecho internacional, ni al derecho de su país, ni mucho menos a los compromisos de su país. No toma en cuenta la historia del mundo. Puede cambiar de opinión de un día para otro. No tiene amigos que se lo reprochen. No hace caso a sus enemigos si se lo refieren.
Sabe que China ha llegado a la potencia económica que es merced al comercio y las relaciones que tiene con Estados Unidos y con la Unión Europea. Por ello, frente a frente, sabe que puede tomar acciones contra ella, sin dar más explicaciones. Como Trump lo dijo: si China y sus aliados del BRICS ─es decir, Brasil, Rusia, India, y Sudáfrica ─ quieren expedir una moneda para el comercio mundial, tendrán que pagar cien por ciento de aranceles, si quieren enviar sus productos a la maravillosa economía estadounidense.
Solo alguien que conoce el potencial político y militar que tiene detrás de sí mismo puede expresar esos argumentos. Refiriéndose a Brasil, Trump dijo despectivamente: «No lo necesitamos».
El único amigo visible de Donald Trump es, al parecer, Israel. Así lo manifestó desde su primera presidencia, cuando cambió la sede de la embajada estadounidense a Jerusalén. Así lo ha manifestado en el actual conflicto hebreo-palestino. Incluso ha llegado a amenazar a la Corte Penal Internacional si detiene al primer ministro israelí y a su ministro de Defensa. Probablemente sus relaciones con otros países se vean afectadas por el respaldo que da a Israel. Pero esto no lo puedo asegurar. Es una especulación.
A la mayoría de los países del mundo, Trump los debe ver con desdén y carentes de importancia para sus políticas internas y externas. Ese es el mundo actual en que vivimos, y puedo asegurar que no hay otro de diferente forma.
Como se ha dicho desde hace decenas de años y como ahora Trump lo reafirma: Estados Unidos no tiene amigos, solo intereses. Personalmente no quiero que sea así. Tampoco quiero que no lo sea. Es la realidad. Las palabras en su contra no sirven para combatir al imperialismo yanqui.
Entre sus amenazas a México se encuentra combatir a los narcotraficantes mexicanos en nuestro propio país. Aviones y barcos de guerra estadounidenses han estado cerca de nuestro espacio aéreo y las aguas territoriales de México, seguramente buscando información para localizar blancos de los narcotraficantes mexicanos. Puede hacerlo porque el alcance de sus radares es de cientos de kilómetros. Seguramente buscará objetivos como depósitos de drogas, laboratorios para la transformación de los estupefacientes e incluso, blancos de narcotraficantes y de políticos asociados a los narcotraficantes que crecieron bajo la política del anterior gobierno, “de abrazos, no balazos”. Como ya expliqué en algún ensayo anterior: sus drones y misiles alcanzan desde Sonora y Sinaloa hasta Chiapas y Tabasco. Personalmente considero que un ataque por tierra a los narcotraficantes en territorio nacional sería una agresión inaudita a nuestro país. Pero es impredecible.

Foto: Especial
México tiene en la actualidad escasos contactos en Washington. Uno de ellos puede ser el subsecretario de Estado, Cristopher Landau, que fue embajador en nuestro país y que ha demostrado consideraciones hacia México. Lo que sí es probable (de acuerdo con los reconocimientos de aviones y embarcaciones de guerra) sería el ataque, con drones y misiles a blancos específicos. Ojalá y no lo haga.

Foto: Wikipedia
¿Qué puede hacer México en caso de un ataque con drones y misiles a blancos específicos? Nada. Absolutamente nada. Gritar en las Naciones Unidas y en la Organización de Estados Americanos (ambos organismos controlados por el hegemón). Trump y su equipo escucharán impávidos los gritos de condena de gobiernos latinoamericanos. Gritos que serán de dientes para afuera, proferidos para cubrir el expediente de la falsa unidad latinoamericana. Habrá naciones que envidiarán esos ataques, en caso de que ocurran.

Foto: Northorp Grumman
Por otro lado, ¿qué puede hacer México en caso de ataques terrestres? Defenderse con todo. Con armas, con hondas, con piedras. Es la realidad. Una realidad incuestionable.
Ojalá que nada de esto suceda. Trump es pasajero, pero puede hacer mucho daño al país. Paradójicamente, también puede hacerle mucho bien si va contra muchos comunistas que están muy visibles en el gobierno.
A la hora de entregar el presente ensayo me entero de que Elon Musk, uno de los colaboradores más cercanos de Trump, declaró que los cárteles de la droga mexicanos (designados ya como organizaciones terroristas por la Casa Blanca) son elegibles para ser atacados con drones.
Es muy alentador que el secretario de la Defensa Nacional de nuestro país, General Ricardo Trevilla Trejo, haya informado a través de la televisión mexicana que ha mantenido conversaciones cordiales con militares estadounidenses.
Un coronel de caballería, de nombre Víctor Esperón Urbina, descendiente de uno de los generales matones de Francisco Villa, que fue mi maestro en la Escuela Superior de Guerra y que había vivido en Estados Unidos, en una ocasión me dijo: «Los estadounidenses son los romanos del siglo XX, y quién sabe hasta cuándo lo serán».
Y yo me pregunto: ¿para qué un país como México le quiere dar lecciones de comportamiento, de gobernabilidad, de moral y de ética a los romanos de nuestro siglo?
