Desde que me desempeñé como Subteniente y Teniente comprendí que nuestra profesión ─quizás porque nos autoriza a portar las armas de la legalidad y de la república, en representación del pueblo de México y de su gobierno─ puede estar presente en casi todas las actividades de la vida nacional

Por el General de División DEM retirado Roberto Badillo Martínez
Imagen ilustrativa: Gobierno de México
En la primera parte del presente trabajo, señalé que «La vida personal de cada militar es seguida por los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas, desde su ingreso a una escuela o unidad militar». Y que, además, «Todos sus cargos y mandos militares, incluyendo cómo los desempeñó, están registrados por los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas».
Pues bien, en esta entrega presentaré un resumen de mis actividades de mando y conducción de tropas del Ejército Mexicano.
EN MINATITLÁN, VER., EN EL 33/o. BATALLÓN DE INFANTERÍA, C0N LOS GRADOS DE SUBTENIENTE Y TENIENTE DEL ARMA DE INFANTERÍA, SENTÍ Y COMPRENDÍ EL ORGULLO DE LA INIGUALABLE CARRERA MILITAR.
Primero fue en relación con el terremoto en el sur del estado de Veracruz, del día 26 de agosto del año de 1959, y que afectó principalmente al municipio de Jáltipan, Ver.; llegué al mando de una sección de infantería, y rápidamente me di cuenta de la importancia que la presencia militar tenía en una emergencia de esa naturaleza (auxiliando de muchas formas a la población civil, y participando como elemento esencial en reuniones con autoridades municipales, estatales y federales). Recuerdo con satisfacción una fotografía en el diario nacional “Excelsior”, con el licenciado Fernando López Arias, Procurador General de la República, y nativo de esa región.
COMPRENDÍ DESDE MUY JOVEN, ENTONCES, QUE EL PAPEL DE LAS FUERZAS ARMADAS ABARCA TODAS LAS ACTIVIDADES QUE SUCEDEN EN LA REPÚBLICA EN DONDE SE NECESITE SU PRESENCIA Y ACCIÓN.
Fui muy activo, junto con los elementos militares, con el fin de estar presente en todas las necesidades que se presentaban.
Incluso, recuerdo algo no relacionado con el terremoto. En aquel tiempo había en el sur de Veracruz una compañía denominada “Azufrera Panamericana”, de capital estadounidense, que extraía ese recurso en varias partes de Veracruz. Desde luego tenía un sindicato de varios cientos de trabajadores. Se presentó en ese tiempo una elección de líderes sindicales. Grande fue mi sorpresa cuando varios representantes del sindicato y del municipio me pidieron que los militares estuviéramos presentes en cuatro o cinco urnas que servían para la elección. Accedí. En la primera votación hubo un empate de los dos líderes que buscaban ser elegidos. Estaban muy caldeados los ánimos entre los trabajadores de ambos bandos. Al grado de que después de la segunda elección ─que terminó ya muy avanzada la noche─, sellaron las urnas y las llevaron a la partida militar que yo había establecido.
Al otro día se contaron los votos en mi presencia y delante de la misma partida. Y aceptaron el resultado.
Otros acontecimientos que me sucedieron en los tres años y medio que estuve en el 33/o. Batallón de Infantería de Minatitlán, Ver., fueron:
Participé en el año 1961, como uno de los 5 oficiales del Batallón, en un censo de comercio, de servicios y de transportes. Quizás no recuerde otros aspectos del mismo censo. Pero por lo mismo recibimos una felicitación los 5 oficiales de parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo cual me emocionó muchísimo.
Otro acto en el que participé tuvo lugar en el municipio de Jesús Carranza, Veracruz, situado en el Istmo de Tehuantepec. Probablemente en el año de 1959 o principios de 1960.
La huelga ferrocarrilera iniciada en el año 1958 estaba por terminar. Llegué con una sección, a reforzar a otra sección del 33/o. Batallón de Infantería (Minatitlán, Ver.), que estaba al mando de un Teniente muy alto, como de 1.90 metros, originario del norte de la república. Era muy serio y formal, y jugaba muy bien al béisbol en el equipo del batallón. Amigo porque también participaba en el mismo equipo del batallón.
Se decía que el 80 por ciento de los trabajadores apoyaban al sindicato de Demetrio Vallejo. Nuestra misión era hacer recorridos a pie, por la línea de ferrocarril del Istmo, para evitar probables sabotajes. También, hacíamos presencia militar en la estación de ferrocarril de Jesús Carranza, Ver., donde en cada llegada de trenes había mucha actividad comercial y presencia de civiles. Había un restaurante grande que normalmente tenía muchos comensales, no solo de los ferrocarrileros, sino también de civiles y familiares. Era un centro de reunión importante. La presencia militar solo era para evitar problemas entre los sindicalistas que apoyaban a Demetrio Vallejo y los ferrocarrileros que no lo apoyaban. Antes y después de que el ferrocarril pasara, los militares hacíamos presencia en las instalaciones de la estación.
Mi amigo, el Teniente que tenía el mando de las dos secciones, no participaba en este servicio de la estación de ferrocarril. Le dije que yo sí quería ir y estuvo de acuerdo. En unas semanas que estuve yendo, empecé a platicar con ferrocarrileros que no apoyaban al sindicato de Vallejo, principalmente en las oficinas. Luego que volvía a salir el tren, me tomaba un café con ellos. Después se agregaron algunos que apoyaban a Demetrio Vallejo. Normalmente la plática no se refería a cuestiones de la huelga, sino más bien se relacionaba con sus familias y sus horarios de trabajo, así como temas del municipio de Jesús Carranza y sus alrededores. En unas semanas, el grupo ya era como de 30 a la hora del café. Y me preguntaban aspectos sobre la vida del Colegio Militar. Un día nos enteramos de que terminó la huelga y que ya habían hecho acuerdos el gobierno y los huelguistas.
Una noche antes de regresarnos al Batallón, le dije al Teniente que fuéramos los dos al café después del paso del ferrocarril. Fuimos y ese día nos sentamos en el café como 15 militares y como 40 ferrocarrileros de ambos bandos. Realmente fue una plática abierta de muchos temas y cenamos todos en paz.
Al final. el Teniente les dijo que se dedicaran a trabajar y atender a sus familias. También, que sentía que en ese movimiento no había triunfadores ni vencidos.
Entonces un ferrocarrilero, que estaba enfrente de él, le contestó: “Sí hubo vencidos, mi teniente; ganó el gobierno haciendo concesiones, pero también por esto”. En ese momento tomó por el brazo a un soldado que estaba a su derecha. La carcajada fue general.
Esas actividades en las que participé como subteniente y teniente en el 33/o. Batallón de Infantería, más otras que no relato en este escrito, me hicieron deducir y comprender que la vida militar es increíble para un oficial que llega a ser General de División del Ejército Mexicano. Comprendí que nuestra profesión ─quizás porque nos autoriza a portar las armas de la legalidad y de la república, en representación del pueblo de México y de su gobierno─ puede estar presente en casi todas las actividades de la vida nacional.
MANDOS MILITARES DE OFICIAL DE INFANTERÍA.
DE SUBTENIENTE, TENIENTE, CAPITÁN SEGUNDO Y CAPITÁN PRIMERO, ME ASIGNARON MANDOS COMO COMANDANTE DE SECCION Y COMANDANTE DE COMPAÑÍA, EN DIFERENTES BATALLONES DEL EJERCITO MEXICANO.
COMISIONES MILITARES.
DE MAYOR Y TENIENTE CORONEL DE INFANTERÍA ME ASIGNARON COMISIONES RELACIONADAS CON MI SITUACIÓN DE SER “DE ESTADO MAYOR”, EGRESADO DE LA ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA.
AQUÍ DISTINGO DOS IMPORTANTES QUE SON:
SIENDO MAYOR DE INFANTERIA, DE ESTADO MAYOR, FUI DESIGNADO AGREGADO MILITAR Y AÉREO TITULAR EN LAS EMBAJADAS DE ARGENTINA, URUGUAY Y PARAGUAY, CON SEDE EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA.
ES DE HACER NOTAR QUE, EN AQUEL AÑO DE 1974, LOS GOBIERNOS DE ESTOS PAÍSES ESTABAN SIENDO COMBATIDOS POR GRUPOS POLÍTICOS DE TIPO IZQUIERDISTA, CON IDEAS COMUNISTAS Y SOCIALISTAS. ESE COMBATE LO EJERCÍAN POR MEDIO DE GRUPOS ARMADOS URBANOS, MEDIANTE LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA, QUE CONSISTÍA EN PROMOVER TODO TIPO DE CRÍMENES CONTRA LAS FUERZAS ARMADAS, PERSONAS DEL GOBIERNO Y DE LA SOCIEDAD. TAMBIEN, SECUESTROS DE PERSONALIDADES DEL PAÍS Y TODO TIPO DE ACCIONES QUE DESESTABILIZARAN A ESOS PAÍSES. SOLO EN LA ARGENTINA, MAS DE SIETE MIL PERSONAS FUERON ASESINADAS POR ESOS GRUPOS TERRORISTAS Y COMUNISTAS INCLUYENDO A PERSONAS DEL GOBIERNO, DE LAS FUERZAS ARMADAS, POLICIACAS Y DE LA SOCIEDAD. EN LA ARGENTINA ESTOS GRUPOS SE IDENTIFICARON CON EL PERONISMO HISTÓRICO Y EJERCIERON EL PODER, SALVO PEQUEÑOS LAPSOS, HASTA LA LLEGADA DE JAVIER MILEI A LA PRESIDENCIA ARGENTINA.
EN TODOS ESOS AÑOS, LA ARGENTINA, UNO DE LOS PAÍSES DE AMÉRICA MEJOR DOTADOS TERRITORIALMENTE, EN RECURSOS HUMANOS Y MATERIALES, HA VIVIDO SITUACIONES DRAMÁTICAS, DERIVADAS DE LA CORRUPCIÓN Y DE LAS POLÍTICAS DE ESTOS GRUPOS. ESO SE CONOCE PERFECTAMENTE Y NO ES NECESARIO AHONDAR MÁS EN EL TEMA.
EN URUGUAY, LOS GUERRILLEROS IZQUIERDISTAS Y COMUNISTAS LLEVABAN A CABO ACCIONES PARECIDAS EN SU PEQUEÑO PAÍS.
Y EN PARAGUAY, GRUPOS IZQUIERDISTAS Y COMUNISTAS COMBATÍAN AL GOBIERNO DEL GENERAL ALFREDO STROESSNER, QUE LE HABÍA DADO ESTABILIDAD AL PAÍS DURANTE MUCHOS AÑOS. EN ESA ÉPOCA, SUPE QUE PARAGUAY ES UN PAÍS MÁRTIR EN AMÉRICA, PUES LE FUE IMPUESTA ─HACIA 1870─ UNA GUERRA BRUTAL E INMISERICORDE POR LOS GOBIERNOS DE BRASIL, ARGENTINA Y URUGUAY. TODOS ESOS GOBIERNOS CONTRA UN PAÍS PEQUEÑO SOLO PORQUE IBA AL FRENTE DEL DESARROLLO EN SUDAMÉRICA EN AQUEL TIEMPO. EL HEROÍSMO DEL PUEBLO Y DE LAS FUERZAS ARMADAS PARAGUAYAS (QUE YO CONOCÍ CUANDO FUI AGREGADO MILITAR Y TAMBIÉN EN UN LIBRO LLAMADO “LA GUERRA DEL PARAGUAY”), SOLO TIENE PARANGÓN EN AMÉRICA CON NUESTRO QUERIDO MÉXICO, EN SUS GUERRAS CON ESTADOS UNIDOS, FRANCIA Y ESPAÑA, CUANDO ESTA QUISO RECONQUISTAR NUESTRO TERRITORIO.
LA GUERRA DEL PARAGUAY ES UN TEMA OLVIDADO EN LA HISTORIA DE AMÉRICA. PARAGUAY, DESDE ESA ÉPOCA, QUEDÓ DISMINUIDO GRAVEMENTE EN SU POBLACIÓN, Y HA LUCHADO POR TENER UN ESPACIO DIGNO ENTRE LOS PUEBLOS DE SUDAMÉRICA. SU LUCHA ESTÁ OLVIDADA. NO HAY PELÍCULAS QUE LA RECUERDEN, NO HAY NOVELAS O TELENOVELAS QUE NARREN SU EPOPEYA. NO HAY ESCRITOS QUE NOS NARREN EL HEROÍSMO DEL PUEBLO PARAGUAYO Y DE SUS FUERZAS ARMADAS.
ESTO ES UN HOMENAJE PERSONAL QUE HAGO A ESE HEROÍSMO DEL PUEBLO PARAGUAYO Y DE SUS FUERZAS ARMADAS.
PUEDO ASEGURAR QUE, COMO AGREGADO MILITAR Y AÉREO EN ESOS PAÍSES, PUSE TODO MI EMPEÑO, DETERMINACIÓN E INTELIGENCIA PARA QUE EL CIUDADANO SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL, HERMENEGILDO CUENCA DÍAZ, ESTUVIERA INFORMADO DE LOS SUCESOS DE VIOLENCIA Y SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA QUE SUCEDÍAN EN ESOS PAÍSES. DESDE BUENOS AIRES Y CON VISITAS PERSONALES A URUGUAY Y PARAGUAY ME MANTENÍA INFORMADO DE LOS SUCESOS.
(AQUÍ DEJO PENDIENTE PARA UN PRÓXIMO ESCRITO QUE PRESENTARÉ, EL RELATO DE CÓMO FUE MI REUNIÓN CON EL CIUDADANO GENERAL SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL, HERMENEGILDO CUENCA DÍAZ, Y CON OTROS SECRETARIOS DESPUÉS) CUANDO FUI DESIGNADO PARA ESE CARGO).
Entre julio de 1974 y agosto de 1976, en Argentina sucedieron hechos dramáticos; protagonizados por los guerrilleros izquierdistas y comunistas, por un lado, y por parte del gobierno y de la sociedad de Argentina por el otro. La sociedad argentina no deseaba que su país se desgarrara en esta lucha. Me correspondió informar oportunamente del cambio de gobierno el 26 de marzo de 1976 (deliberadamente no le llamo golpe de estado, que es una denominación del comunismo e izquierdismo del mundo). Fue tan oportuna mi información, por teléfono, directamente al Estado Mayor de la Defensa Nacional a la media noche de ese día, que al otro día, el Jefe de la Sección Segunda del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional me indicó que al ciudadano Presidente Luis Echeverría Álvarez, en esos momentos, el Secretario de la Defensa Nacional, General Hermenegildo Cuenca Díaz, le había informado antes que ninguna otra fuente. Prácticamente envié en el momento que eran dados a conocer, los boletines de las Fuerzas Armadas Argentinas relacionadas con el cambio de gobierno.
Procuré siempre, en mis diferentes mandos y comisiones, informar de forma oportuna acerca de todos los sucesos que pudieran interesar al Alto Mando del Ejército y Fuerza Aérea. Clave fue en mi carrera militar esta decisión. Completada con enviar información no solo oportuna, sino veraz y completa hasta el momento de su envío, y no tratar de esconder nada (incluyendo las medidas tomadas con base en esa información que enviaba).
Y la segunda comisión importante de Teniente Coronel de Infantería D.E.M., fue haber sido designado Jefe de la Sección Segunda (inteligencia, contra-inteligencia, cartografía) del Estado Mayor de la Defensa Nacional en 1980, siendo Secretario de la Defensa Nacional el General Félix Galván López y Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, el General Brigadier Rodolfo Reta Trigos, que en paz descanse (con quien además trabajé en el Estado de Sinaloa como Comandante en el 8/o. Batallón de Infantería en Mazatlán y como Comandante de la 3/a. Brigada de Infantería, en el Campo Militar No. 1, de la Ciudad de México).
Quiero dedicarle un párrafo al General Reta Trigos, como un militar líder de su generación, con una asombrosa capacidad de trabajo, con ideas de vanguardia que se manifestaban en el diario devenir del Estado Mayor de la Defensa Nacional y con logros que duraron años hacia la posteridad, como todos los militares de Estado Mayor lo reconocemos.
MANDOS MILITARES.
Tuve la fortuna de que se me asignaran DIEZ MANDOS MILITARES EN MI CARRERA. Voy a mencionarlos, incluyendo al Secretario de la Defensa que me los asignó, sin hablar de mi desempeño, del cual desde luego estoy muy satisfecho, porque en realidad en cada mando pasaron sucesos que quedaron en mi mente para toda la vida.
- Fui designado por el Secretario de la Defensa Nacional, Juan Arévalo Gardoqui, como Comandante del 63/o. Batallón de Infantería, en Xalapa, Ver., desde diciembre de 1982, hasta julio de 1986. Conocí ampliamente esa parte territorial de mi estado y sus problemas.
- Fui designado por el mismo Secretario de la Defensa Nacional, Juan Arévalo Gardoqui, como Comandante del 8/o. Batallón de Infantería en Mazatlán, en el estado de Sinaloa, de julio de 1986 hasta noviembre de 1988.
Aquí hago una excepción, sólo para citar lo siguiente: en ese tiempo, el ciudadano licenciado Miguel De la Madrid Hurtado, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, visitó tres veces el Puerto de Mazatlán. En una de esas ocasiones, para recibir al gran presidente estadounidense Ronald Reagan, principal artífice de la caída de la Unión Soviética, reunión a la que fui invitado como Comandante del 8/o. Batallón de Infantería y en la que los dos personajes de la misma, aludieron a que ahí se hacia la reunión binacional porque era un ejemplo el Puerto de Mazatlán en la lucha contra el narcotráfico.
- En enero del año 1989, fui designado Comandante de la 8/a. Zona Militar en el Puerto de Tampico, Tamaulipas, por el ciudadano General Secretario de la Defensa Nacional, Antonio Riviello Bazán. Empecé entonces a conocer los problemas de la frontera norte de México en los límites con Estados Unidos.
- El mismo Secretario me designó como Comandante de la 35/a. Zona Militar en Chilpancingo, Guerrero, lo que me dio la oportunidad de conocer en mi carrera militar ese extraordinario, pero problemático estado.
- Finalmente, el Secretario Riviello Bazán, me otorgó el mando de la 3/a. Brigada de Infantería, en el Campo Militar No. 1, de la ciudad de México.
- El ciudadano Secretario de la Defensa Nacional, Enrique Cervantes Aguirre, me designó Comandante de la 23/a. Zona Militar en Panotla, Tlaxcala, a la que a las pocas semanas de que recibí el mando, le agregó los municipios de la zona norte del estado de Puebla, físicamente espectaculares.
- El mismo Secretario Cervantes Aguirre me nombró Comandante de la 6/a. Zona Militar, con sede en Saltillo, Coahuila. Esto amplió mis conocimientos sobre la frontera norte y su problemática.
- El Secretario Cervantes Aguirre me designó como Comandante de la 8/a. Zona Militar, con base en la capital de Oaxaca. Estado bellísimo, del Océano Pacífico, pero terriblemente problemático en muchos aspectos, muy parecido en esto al estado de Guerrero.
- El Secretario Cervantes Aguirre me otorgó el mando de la 5/a. Zona Militar, con sede en el estado de Chihuahua. Ello completó mis conocimientos casi en lo absoluto de los más de tres mil kilómetros de frontera con el país de Estados Unidos.
- Finalmente y para terminar mi carrera militar, mi amigo, el Secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Gerardo Clemente Vega García, me otorgó el décimo mando de mi carrera militar, como Comandante de la VI Región Militar, con sede en aquel tiempo año 2001, en la Boticaria, Veracruz, que incluía las Zonas Militares siguientes:
– 26/a. Zona Militar, Xalapa, Ver.
– 25/a. Zona Militar, Puebla, Pue.
– 18/a. Zona Militar, Pachuca, Hidalgo.
– 23/a. Zona militar, Panotla, Tlax.
Este fue el mando más importante que desempeñé y para mí es un orgullo considerar a esta Región Militar como la más importante de México, porque es el camino por donde nos llegó la civilización occidental hasta la ciudad de México-Tenochtitlan. Es una Región Militar, además, que debe considerase la primera del país, fundada por Hernán Cortés, y donde se fundó el primer municipio que le dio origen a México, a todos los municipios de la república y de todo el continente americano. Es la región por la que han entrado personajes que han hecho la historia de México, ideas que han forjado a las instituciones nacionales y es la entrada también de millones de personas, principalmente de Europa, que llegaron a la América buscando una vida mejor. Con su presencia y la de los pueblos originarios de mesoamérica, amalgamaron lo que somos y seremos hacia el futuro: mexicanos forjadores de un gran país. La raza de bronce de la que habló José Vasconcelos.
Desde luego, que, al otorgarme ese mando territorial, el Secretario Vega García, también me asignó una misión específica, que cumplí en satisfacción a los siete meses de mi llegada a la Boticaria, Veracruz.
Estos diez mandos militares son los que desempeñé en mi carrera militar. Muchas comisiones de otra naturaleza me fueron también asignadas. Puedo asegurar que en todas ellas cumplí con las órdenes correspondientes de los Secretarios de la Defensa Nacional. No hay duda: alguien me protegió en toda mi vida militar. Seguramente mi visita al Tepeyac, al comienzo de mi carrera, explica en mucho esa protección.
Probablemente tenga tiempo de escribir sobre los acontecimientos que pasaron en estos mandos militares, muchos de ellos con misiones especificas explicadas por los propios Secretarios de la Defensa Nacional, de forma clara y completa. Puedo decir que la mayoría de mis veintiún condecoraciones y diez felicitaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional, se deben a mi actuación en estos mandos militares.
