El acuerdo de Paz de Trump negó voz y voto al pueblo palestino

La paz de Trump será muy dolorosa, terrible, para el pueblo palestino porque contempla una campaña de educación —de reingeniería social, en realidad— que tendrá como fin terminar con la identidad nacional de la población de Gaza y Cisjordania.

Estados Unidos lo hizo antes, por ejemplo, con la población de Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial.

El párrafo seis de la Declaración de Trump para una Paz y Prosperidad Duraderas, oficializada el lunes 13 de octubre de 2025, dice lo siguiente:

Nos une la determinación de desmantelar el extremismo y la radicalización en todas sus formas. Ninguna sociedad puede prosperar cuando la violencia y el racismo se normalizan, o cuando las ideologías radicales amenazan la esencia de la vida civil. Nos comprometemos a abordar las condiciones que facilitan el extremismo y a promover la educación, las oportunidades y el respeto mutuo como fundamento de una paz duradera.

El problema es que Israel (con el aval de las cinco potencias que controlan el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas [Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China]) dejó profundas heridas y resentimientos en la población gazatí en los dos años recientes.

Según el gobierno de Gaza, controlado por la organización terrorista Hamás, el ejército israelí mató al menos a 65 mil personas e hirió a 160 mil; provocó, además, el desplazamiento forzado de un millón 900 mil personas dentro de la franja, y destruyó —según la ONU— el 90 % de los inmuebles (incluyendo escuelas, hospitales y albergues).

No perdamos de vista que este conflicto tiene, sin embargo, más de un siglo, pues se remota a la Primera Guerra Mundial. Recordemos que el Reino Unido ofreció a los árabes un hogar nacional en Palestina a cambio de que lucharan contra el Imperio Otomano, que era aliado de los otros imperios centrales, el de Alemania y el de Austria-Hungría.

De manera paralela, el Reino Unido ofreció al sionismo internacional, vía la banca Rothschild, que le entregarían Palestina para que el pueblo judío tuviera su hogar nacional si lo apoyaban financieramente en su guerra contra los imperios centrales.

Un habitante de Gaza, Mahmoud Afif, le dijo lo siguiente a la agencia de noticias alemana Deutsche Welle poco después de que se firmara la Declaración Trump:

Todo lo que ha ocurrido en Gaza durante los últimos dos años no ha servido para nada. Al contrario, ha hecho retroceder a Gaza varios años. Israel se ha ganado enemigos para muchos años.

Esta postura —que seguramente es compartida por amplios sectores de la población de Gaza— será el pretexto ideal para que Israel, con el apoyo de Estados Unidos y el Reino Unido, mantenga el cerco militar sobre Gaza, y para que la «educación» que se aplicará en Palestina tenga la finalidad de borrar la identidad nacional de los palestinos, tanto de Gaza como de Cisjordania.

Esa «educación» no tocará en cambio la identidad nacional de los israelíes ni el ideario sionista. No en balde, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, publicó la siguiente imagen en su cuenta de X: