Sería un error dar un cheque en blanco a la oposición; debemos convertirnos en ciudadanos activos que vigilan y cuestionan

Por Jorge Santa Cruz

Imagen ilustrativa genérica: UNAM

Este 2 de junio debemos votar por el mal menor; hacerlo de manera provisional y comprometida.

Procederé a enunciar y definir los elementos explícitos y tácitos de la aseveración anterior:

  • Mal mayor: la continuidad del actual gobierno, cuya pretensión es consolidar una dictadura comunista, en la que el poder ejecutivo domine a los otros dos poderes (legislativo y judicial), y deje indefenso al ciudadano ante las arbitrariedades del Estado.
  • Mal menor: la elección de un gobierno que revierta las pretensiones de Andrés Manuel López Obrador, de Claudia Sheinbaum y de la nomenclatura de Morena de convertir a México en una república popular comunista.
  • Voto provisional: el que se dé a favor de la candidata presidencial de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez; de los candidatos del frente opositor al Congreso de la Unión y al Senado de la República y a los demás puestos de elección popular con el fin  de que exista equilibrio entre poderes; de que se instaure un verdadero estado de Derecho; de que la educación forme de manera integral a los alumnos de todos los niveles; de que la libertad sea una realidad para todos los agentes económicos, y no solo para las empresas poderosas; de que se respete la libertad de expresión, y ─sobre todo─ de que se defienda la vida.
  • Voto comprometido: el que se emite sin dar un cheque en blanco a la oposición. Los votantes debemos asumir un verdadero compromiso de defender la vida desde el momento mismo de la concepción hasta la muerte natural. La vida de una criatura recién concebida es tan valiosa como cualquiera otra. La candidata opositora Xóchitl Gálvez promueve un México sin miedo. Pues bien: se debe erradicar el miedo a la concepción. La tasa actual de natalidad está debajo ya de la tasa de reemplazo, que es de 2.1 mexicanos por familia. México está ya en proceso de envejecimiento poblacional. La mayor riqueza de México es su población. Son las personas las que producen riqueza. No lo son los préstamos; tampoco, la emisión de circulante. El voto comprometido implica una vigilancia, un seguimiento, un proceso individual y social que nada tiene que ver con la pasividad poselectoral.

Conclusión: es éticamente válido votar por el mal menor. Hacerlo de manera provisional, dada la emergencia nacional que se vive; pero vislumbrando las bases de un futuro sistema político que privilegie los liderazgos verdaderamente ciudadanos y que margine a los políticos corruptos, ineficientes, ineficaces y vividores auspiciados por el actual régimen, constituido por Plutarco Elías Calles en 1929.

De nada servirá votar por el mal menor si ─después de salir de la casilla─ regresamos a la pasividad de siempre.

Cuando el actual sistema sepa que empieza a perder el dominio absoluto, empezará a transigir; y cuando haya perdido absolutamente el control, lo podremos reemplazar.