En las últimas semanas ha arreciado el ataque del presidente Andrés Manuel López Obrador contra el INE y otros organismos autónomos que marcan un contrapeso. La perversidad de AMLO no tiene límites. Es un individuo que tiene una gran maña política y una enorme perversidad. Es maestro del engaño, de la faramalla, de la eterna victimización… El líder de la mentira.

El siniestro plan de AMLO consiste en matar varios pájaros de un tiro. Su estrategia de acusar al INE de ser «enemigo de la democracia» contempla los dos principales poselectorales. Si su partido pierde los comicios del 6 de junio de 2021, gritará a los cuatro vientos que hubo fraude y por lo tanto, el instituto tiene que desaparecer para que el gobierno federal debe tomar el control de todo lo electoral. Pero si gana Morena, López presumirá que gracias a él, la elección la salvó del “fraude” que planeaban el INE y los conservadores por lo que, de todos modos, el INE debe desaparecer.

Según la ley, el jefe del Ejecutivo no puede hacer ningún tipo de propaganda electoral ni intervenir en el proceso, pero Andrés interfiere. Por un lado, lo hace movido por su enorme egocentrismo —que lo lleva a querer ser siempre el centro de atención—; por otro lado, atendiendo a sus intereses políticos.

Vemos, por ejemplo, cómo su intervencionismo lo lleva a violar la autonomía de la elección de gobernador en Nuevo León; para esto, pone a su Unidad de Inteligencia Financiera y a la Fiscalía General de la República a investigar «delitos electorales» en contra de los candidatos opositores, cuando la competencia es de los institutos electorales o de los tribunales electorales. López Obrador —al ver que su candidata Clara Luz Flores Carrales— perderá la elección, pone a trabajar su maquinaria de poder para ayudarla de manera sucia. AMLO, ambiciona el Estado de Nuevo León. Y el control de todo México.

Es grave panorama: Andrés Manuel con su autoritarismo y deseo de acaparar todo el poder, destruir a la oposición y aplastar a sus críticos ha militarizado al país como no se había visto desde hace varias décadas, a pesar de que en teoría, al venir de la izquierda progresista, sería contrario a toda intención de militarizar a la nación. México está en peligro.