La bomba atómica cubana

Por Fernando Salvador Ugalde Uribe (*)

Imagen ilustrativa: Gobierno de México

Muchos de nosotros nos acordamos perfectamente de la «Crisis de los misiles de Cuba» o la «Crisis de Otoño», como la llamaron los cubanos; sucedió en octubre de 1962, cuando Estados Unidos descubrió bases de misiles nucleares soviéticos en la isla.

Les comento amables lectores que Fidel Castro vivió en la Ciudad de México en 1955, siendo Chalco-Ayotzingo donde entrenó a sus hombres en el disparo de las armas, le compró a un mexicano (Antonio del Conde, New York, 1926) el barco Granma y el armamento con el que desembarcaron en Cuba.

Y planeó la exitosa revolución cubana con sus hombres de confianza, entre ellos su hermano Raúl y el famoso guerrillero Ernesto el Che Guevara, en un café de la colonia tabacalera (centro de la ciudad).

Antes de partir a Cuba, fueron detenidos/secuestrados por la oscura Dirección Federal de Seguridad, y liberados por intermedio del expresidente Lázaro Cárdenas, de quien se decía recibían apoyo económico para su revolución socialista.

Cuando la Revolución cubana empezó a afectar los intereses de los EE.UU,, el presidente Dwight D. Eisenhower​​​​ decidió derrocar el régimen socialista, mediante propaganda contrarrevolucionaria, apoyo a grupos armados, sabotajes, ataques terroristas, intentos de asesinatos a Fidel Castro, violaciones del espacio aéreo, etc… Sin embargo, todo resultó fallido; entonces autorizó el primer embargo político contra Cuba.

En la administración del presidente Kennedy (1961-1963), en un intento de invadir Cuba con disidentes entrenados por la CIA, en la famosa Bahía de Cochinos, nuevamente los EE. UU. fueron derrotados en solo 72 horas, quedando en vergüenza ante el mundo. Kennedy no iba a permitir que una pequeña isla del Caribe exhibiera a la primera potencia mundial y autorizó, entonces, una operación para que la Marina americana invadiera Cuba a través de Guantánamo.

Los servicios de inteligencia soviéticos KGB (donde se formó el presidente ruso Putin) detectaron el plan de invasión, el presidente de la URSS, Nikita Jrushchov, aprovechó para que Castro autorizara la instalación de misiles nucleares soviéticos en la isla «para desalentar la invasión americana».

Mediante aviones espía U-2, fueron detectados por la CIA, y la TV estadounidense exhibió fotografías que mostraban las plataformas de lanzamiento de cohetes nucleares. El presidente John F. Kennedy estableció, por primera vez, públicamente una «cuarentena militar», mediante un cerco naval alrededor de Cuba.

Desde el inicio de la revolución socialista, Fidel Castro siempre tuvo el apoyo de la otrora poderosa Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas y contó con un general de la URSS condecorado por haber participado en varias guerras, que se desempeñó como su asesor militar extranjero.

El 26 de octubre, desde La Habana, Fidel Castro —desquiciado— escribió un mensaje y solicitó al presidente Nikita Jrushchov que, en caso de una invasión de EE.UU a Cuba, la URSS realizara un ataque nuclear contra los EE.UU., aun a costa de desaparecer Cuba.

El 27 de octubre, los presidentes John F. Kennedy y Nikita Jrushchov firmaron un acuerdo internacional (24 horas después de que la URSS derribara un avión espía U2 y muriera un piloto americano), en el que los EE.UU. garantizaron públicamente que no invadirían Cuba y que desmontarían sus misiles nucleares que tenían apuntaban hacia la URSS desde Turquía. Por su parte, la URSS se comprometió a desmantelar sus bases y retirar sus misiles nucleares de Cuba. De acuerdo con documentos desclasificados recientemente, los americanos temían la posibilidad de una acción unilateral cubana explotando una bomba nuclear, lo que afectaría al continente americano.

Pero, me pregunto ¿qué ha sido del embargo contra Cuba después de tantos años?

Algunos críticos remarcan que es una doble moral americana, porque China y Vietnam tienen comunismo y no están bloqueados; para otros, el embargo tiene el objetivo de evitar el éxito económico del Estado cubano. Algunos comentan que Cuba representa una amenaza a los Estados Unidos y un desafío abierto a la Doctrina Monroe. Los demócratas dicen que la falta de democracia y la desaparición de ciudadanos contrarios al régimen no puede ser tolerada. Finalmente, la comunidad internacional, mediante las Naciones Unidas (ONU), ha instado a los americanos a cancelar el embargo. Pero los países en este globalizado mundo no quieren enfrentar a los EE.UU., aunque no tengan la razón y estén matando de hambre al pueblo cubano.

Existe una última hipótesis que es la que considero más real: al recibir el poder los presidentes de los EE.UU., el Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security), les entrega una lista especial donde están las amenazas pasadas, presentes y futuras hacia y en el territorio estadounidense, y en estas sigue apareciendo Cuba como un país que amagó con lanzar una bomba atómica contra los Estados Unidos.

Y ante esta situación ¡nada que hacer!, ¡ni cómo ayudarlos!, so pena de caer en el garrote del Tío Sam.

El pasado 17 de julio, en el Castillo de Chapultepec, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó lo siguiente ante los ministros de Relaciones Exteriores de América Latina:

El pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad y esa isla debe ser considerada como la nueva Numancia por su ejemplo de resistencia y pienso que por esa misma razón debiera ser declarada patrimonio de la humanidad; pero también sostengo que ya es momento de una nueva convivencia entre todos los países de América, porque el modelo impuesto hace más de 2 siglos está agotado, no tiene futuro ni salida. Ya no beneficia a nadie, hay que hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva. Es tiempo de expresar y de explorar otra opción, la de dialogar con los gobernantes estadounidenses y convencerlos y persuadirlos de que una nueva relación entre los países de América.

Entonces, C. presidente Andrés Manuel López Obrador, ¿nos afecta apoyar a Cuba o no? y ¿qué tipo de reacciones y consecuencias visualiza por parte del gobierno americano, por su ardiente discurso? Mi prima dice que lo único que le preocuparía sería que detengan las remesas porque vive de ellas…, pero no van a detener las remesas, ¿verdad? Como lo hicieron con Cuba… ¿ni nos van a tirar una bomba atómica?

Usted, amable lector, ¿qué opina?

Saludos cordiales.

(*)

Candidato a Dr. en Educación, master of business administration, académico universitario.

Un comentario sobre “La bomba atómica cubana

  1. Proyecto Cuba, «Proyecto Cuba»… nunca está de más rastrear el origen del dinero con el que refaccionaron a los barbones, (por supuesto que pudo haber pasado por la URSS, pero no fue de donde surgió), y desde entonces para acá nada a cambiado tanto.

    Me gusta

Replica a Miguel O. Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.